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Sobrepoblación y su impacto ambiental

Por: IQ. David Daniel Andrade
Ingeniero químico; líder del Área de Investigación y Desarrollo de Componentes, en la industria automotriz
daviddaniel.andrade@outlook.com

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En la actualidad, existen distintos tipos de medidas de contención ecológicas, desarrolladas para atacar los problemas constantes de la contaminación. Hemos logrado apreciar diversas gamas de creativas innovaciones dentro de todas las propuestas, desde las de carácter tecnológico y político hasta las sociales. Siendo esta última a la cual se le ha dado principal empuje. Y es que resulta notoria la pasividad gubernamental, orillando a realizar acciones motivadas por la voluntad de quienes están interesados en el cuidado del medio ambiente.

Tomando lo anterior como punto de partida, se ha observado una variedad de campañas, que incluyen movimientos de reforestación, limpieza de calles, reciclado y el uso de la basura como materia prima para diversos productos, lo que ha permitido el nacimiento de una corriente que apunta a no atacar los efectos de la contaminación, sino al verdadero origen: el hombre.

El crecimiento poblacional va intrínsecamente relacionado con el aumento de la polución global, dato que no se puede refutar. Cada persona tiene sus necesidades y requerimientos, los cuales demandan cada vez más recursos naturales, dejando a su paso un significativo impacto ecológico. Hoy en día, los países con mayor índice de contaminación son China, India y Estados Unidos, que también resultan ser los que tienen mayor número de habitantes.

La población mundial promedio es de 7,600 millones de personas, con una estimación de crecimiento de más del 25% para el año 2025. Esta situación pone focos rojos sobre el riesgo en nuestro planeta, pronosticando que el mundo podría ser inhabitable para el año 2050, debido al agotamiento de recursos naturales, degradación del medio ambiente, hambruna, pobreza e incluso guerras.

La acción correctiva sugiere reducir los índices de natalidad, para evitar la reproducción exponencial de personas. Si bien esta tendencia surgió por objetivos más personales de la generación actual, podría ser la solución para controlar los daños ambientales, aunque lo cierto es que los efectos positivos tardarían algunos años en ser tangibles.

Lo que en este momento resulta imperativo es soportar toda medida con un buen manejo de política ambiental de parte de cada país. Según el consenso realizado por la Universidad de Yale, los que menos contaminan son: Finlandia, Islandia, Suecia, Dinamarca y Eslovenia. Su éxito se atribuye, más que a la poca población, a las medidas y leyes que han tomado para atacar el ya tan mencionado problema, las que incluyen políticas ambientales en el uso de energía renovable, reciclado, sanciones por contaminación, concientización social, entre otras. Y es que en este mismo ranking también figuran España y Francia, que, a su vez, son de los países con mayor cantidad de habitantes en Europa.

De nuestra parte, podemos seguir contribuyendo al evitar el uso de plásticos y promoviendo la compra de productos hechos con materias primas recicladas, así como biodegradables. Adicional a esto, sólo nos queda esperar para ver cómo se desenvuelve nuestra actual condición, esperando lo mejor.