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Ecofeminismo, la relación entre las circunstancias ambientales y de género

Por: ME. Alejandra Haro Mejía
Química analista, emprendedora y fundadora de inspanish.net
@aleHaMe

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La ecología es un tema en boga al igual que el feminismo, no obstante, el término ecofeminismo puede conflictuar y causar confusión al tratar de conjeturar su finalidad. ¿Qué es exactamente? ¿Cuál es su origen e importancia? En este artículo te explicamos brevemente cuál es el vínculo entre ecología y género.

Ecofeminismo es una rama del feminismo que analiza las conexiones entre la opresión de las mujeres y la dominación de la naturaleza. Denunciando a un sistema que se alimenta del lucro, la jerarquía y la opresión. Llámese sistema de gobierno, industria, empresa u organización, se habla de una combinación de patriarcado, capitalismo y misoginia. En 1974, Françoise d’Eaubonne imprime por primera vez el término ecofeminismo en su libro Le féminisme ou la mort (El feminismo o la muerte). Hasta ahora la líder del movimiento feminista en Francia es subseguida por grandes figuras políticas e intelectuales como: Petra Kelly, miembro fundador del Partido Verde Alemán; Wangari Maathai, creadora del Movimiento del Cinturón Verde en Kenia y ganadora del Premio Nobel de la Paz 2004; o Vandana Shiva, doctora en Física Cuántica, filósofa, escritora y ganadora del Premio Nobel Alternativo en 1993.

En el ecofeminismo se pueden distinguir dos perspectivas: la cultural y la social. La primera procura una transformación social mediante cambios culturales y de conciencia; proclama una relación especial y más cercana entre las mujeres y la naturaleza, por sus semejanzas, como la feminidad, la intuición, el cuidado, la fertilidad, la crianza y la propensión a la explotación. Afirmaciones que han sido criticadas como esencialistas y universalistas por las ecofeministas sociales, sosteniendo que esa visión limita y debilita la efectividad de este movimiento.

La segunda rechaza la existencia de una naturaleza innata a las mujeres, se enfoca en el constructivismo social y aboga por una transformación de la economía política del capitalismo patriarcal. Ambos movimientos, con una ideología política y ética compartida, buscan poner fin a las dominaciones injustificadas tanto de las mujeres como del medio ambiente.

¿Cuál es la relación entre el género y las cuestiones ambientales?

Estudios demuestran que educar y empoderar a las mujeres es una de las medidas más trascendentes que los gobiernos pueden tomar para mitigar la crisis climática. El reconocimiento y la participación activa de las féminas ayuda a reducir las emisiones y crear sociedades más equitativas.

Sigue existiendo una gran brecha de género (sobre todo en áreas rurales). De acuerdo con la ONU, las mujeres representan más de dos tercios de la población analfabeta, pues no acceden o continúan su educación por factores culturales, económicos, geográficos o, incluso, por su propia seguridad. Los salarios promedio de los hombres son más altos, no obstante, las mujeres trabajan más horas, debido a responsabilidades domésticas, reproductivas y de cuidado adicionales.

La educación es una medida poderosa para evitar emisiones al desacelerar el crecimiento de la población. Las mujeres con más años de educación tienden a casarse más tarde, a tener menos hijos y más sanos, disminuyen su vulnerabilidad a la violencia, y son más capaces de tomar sus propias decisiones profesionales y de vida. Cada año adicional de escuela aumenta los salarios eventuales de las mujeres, lo que contribuye al crecimiento económico. Las estadísticas prueban que cuando se ponen más ingresos en manos femeninas, la nutrición infantil, la salud y la educación mejoran.

La brecha de género también impacta la producción agrícola, agravando la erosión de suelos, la deforestación y el desequilibrio ecológico. Investigaciones indican que, si las mujeres alrededor del mundo tuvieran los mismos derechos económicos y legales que los hombres, se podría aumentar la producción agrícola global en un 30%; disminuyendo cerca del 17% de la hambruna mundial.

Pero el empoderamiento de las mujeres no debe propiciarse únicamente con la educación, la prestación de servicios sociales y de salud; se deben escuchar sus voces y permitirles participar en todos los ámbitos políticos y sociales. Los análisis demuestran que las mujeres que ocupan un cargo electo son más conscientes de los impactos ambientales, y tienden a priorizar los problemas que afectan directamente a otras mujeres, familias y niños.

El ecofeminismo hace un llamado general para desaprender el abuso y la dominación, sosteniendo que la misma mentalidad que conduce a la opresión de las mujeres, lleva a la violencia de género, la xenofobia, el racismo, la homofobia y el daño ambiental.

Este movimiento social nos ayuda a visualizar que la desigualdad social y el cambio climático tienen una relación estrecha, pero también a observar que todo está interconectado; y que las soluciones en un área pueden influir en resultados positivos en la otra.