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ISO 37001: combate la corrupción en la empresa

Por: LD. Ana Lucía Urbina González
Compliance Officer por la World Compliance Association (WCA)
ana.urbina@strategamagazine.com

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La corrupción es un fenómeno, conocido por todos, perjudicial en cualquier ámbito de la vida. Conocemos diversas medidas que pueden combatir esta mala praxis, sin embargo, queda mucho trabajo por hacer, si queremos erradicarla por completo. Actualmente, la corrupción ha tomado diversas formas de manifestarse en el entorno social, político y económico. Particularmente, en las empresas se hace presente mediante el soborno que puede practicarse dentro y fuera de ellas. Sabemos que esto menoscaba la competencia justa y perjudica el crecimiento económico de las compañías que operan conforme a derecho; dejando como resultado que las actividades económicas sigan conformando monopolios.

Dicha problemática, entre otras, ha llamado la atención de diversos organismos internacionales que luchan para que las economías mundiales puedan ser más igualitarias y no exista una ventaja competitiva, en virtud de prácticas indebidas. Asimismo, cada vez son más los países que sancionan, mediante leyes, los actos deshonestos en las empresas públicas y privadas. Ello ha ayudado de manera considerable a que el soborno y la corrupción sean atacados fehacientemente.

Particularmente, en el año 2016, el estándar internacional conocido como ISO publicó la norma 37001, que gestiona políticas y medidas antisoborno, dentro y fuera de las compañías, y pugna por la ética empresarial. La ISO 37001 fue el resultado de tres años de investigación y conocimiento de casos de soborno en corporaciones alrededor del mundo entre las que se replicaban dádivas monetarias, viajes, membresías de clubes, favores personales, etcétera.

Tomando en consideración lo anterior, la ISO 37001 busca combatir las prácticas corruptas dentro y fuera de las organizaciones mostrando una metodología que puede ser aplicada por cualquier empresa en el mundo, sin importar su tamaño. Es importante mencionar que la política o sistema de gestión antisoborno involucra a todos los departamentos que integran la compañía, desde el órgano social hasta el operativo; así como a los terceros relacionados con esta, por ejemplo, clientes o proveedores. La política antisoborno propone, mediante un Oficial de cumplimiento calificado, un programa de trabajo que se integrará por las siguientes fases:

  1. Auditoria preliminar: se analizará el contexto general y específico de la compañía. Delimitando las áreas integrantes de la empresa, sus actividades internas, así como externas con terceros relacionados.

  1. Determinación de riesgos: una vez efectuada la primera fase de auditoría y detección, se establecerán, mediante una matriz de riesgos, los factores que podrían influir en actividades riesgosas de corrupción y soborno.

  1. Plan de acción: en la tercera fase se emitirán los manuales que contendrán recomendaciones, herramientas y políticas que podrán solventar cualquier práctica antiética y corrupta. Es importante dejar claro que, si bien el factor “cero riesgo” no existe, las políticas preventivas y correctivas disminuyen de manera considerable las contingencias.

  1. Implementación: una vez que se han efectuado las fases anteriores, es de vital importancia que se difunda y capacite al personal respecto a los manuales de control y medición del riesgo constante. Todas las áreas integrantes de la empresa deberán conocer la política de gestión antisoborno.

  1. Evaluación: El programa antisoborno deberá ser evaluado periódicamente, ya que, por el propio dinamismo económico, social y político, es perfectible en todo momento.

La política antisoborno propuesta por la ISO 37001, además de proteger a la compañía de prácticas indebidas, actualmente ayuda de manera favorable a su posicionamiento en el mercado global.