Es propio del ser humano buscar respuestas que nos ayuden a encontrar nuestro papel en el mundo, sobre todo, en el trabajo, ya que es una de las fuentes a través de la cual moldeamos nuestra identidad y nuestro significado dentro de la vida.
Esto lo confirma un estudio de la firma McKinsey de 2020 con una muestra de más de mil colaboradores, en la cual el 70% de los participantes menciona que su sentido del trabajo está definido por el trabajo. Y aún más en la época pos-COVID-19, pues casi la mitad de ellos admite que dicha experiencia los ha hecho, incluso, reconsiderar el tipo de trabajo que llevan a cabo.
Probablemente nosotros mismos nos reflejemos en esta encuesta y podamos ver a nuestros compañeros o colaboradores cuestionándose por qué o para qué de la labor que realizan día con día.
Tal vez la respuesta inmediata a estas preguntas nos lleve naturalmente a la compensación económica. Sin embargo, no es tan simple como eso. Las recompensas económicas satisfacen nuestras motivaciones extrínsecas, pero ¿qué pasa con aquellos deseos, motivaciones y expectativas que viven en nuestro interior? Cuando estas no son satisfechas, las recompensas extrínsecas no se vuelven sustentables, lo que nos llevará a buscar más fuentes de satisfacción sin que podamos tener claro nuestro lugar dentro de la esfera profesional.
La triada del propósito
De acuerdo con los autores Frank Martela y Anne B. Pessi, y su estudio acerca del trabajo significativo, el propósito general en el trabajo posee tres dimensiones que nos aportan una valiosa guía a nivel organizacional para entender cómo podemos apoyar a los colaboradores en contestar estas grandes preguntas. A continuación, una breve descripción de las dimensiones y tips sobre cómo utilizarlas.
Las organizaciones poseen una gran influencia en nuestras vidas, en la formación de nuestros propósitos, y dentro de ellas nos vemos inmersos en distintas realidades que nos darán un sentido a nuestra experiencia y a lo que queramos lograr. Apoyemos a los colaboradores, ya sea a nivel organizacional o desde nuestro campo de acción, a encender ese motor interno que contribuye a nuestro desarrollo personal y profesional.