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Liderazgo circular: el futuro de las organizaciones inteligentes

Por: Mau Contreras
Director General de Liderazgo REx
@LiderazgoREX

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Hoy tenemos cuatro generaciones humanas trabajando en una misma empresa, y vivimos en un entorno donde la tecnología avanza a pasos agigantados todos los días; no podemos aferrarnos a las estructuras tradicionales de liderazgo vertical, con jerarquías rígidas y decisiones hechas por una sola persona.

La toma de decisiones centralizada suele ser lenta, poco adaptable y desvinculada de los niveles operativos donde muchas veces se genera el conocimiento más valioso. En este contexto surge con fuerza un enfoque innovador: el liderazgo circular.

¿Qué es el liderazgo circular?

Es un modelo organizacional que promueve una toma de decisiones más distribuida. En lugar de que el poder resida exclusivamente en la cúpula, la propuesta es que diferentes personas lideren dependiendo de la situación, su experiencia o el conocimiento específico requerido.

No se trata de eliminar los roles directivos, sino de redefinir el poder desde la autoridad formal hacia la influencia, el involucramiento y la colaboración.

Ventajas de una organización más horizontal

  1. Agilidad y adaptabilidad: al empoderar a distintos equipos o individuos para tomar decisiones rápidas en función del contexto, se reduce el tiempo de respuesta frente a cambios o crisis.
  2. Mayor compromiso del talento: cuando las personas sienten que su voz cuenta y pueden influir en las decisiones, el nivel de motivación, pertenencia y compromiso aumenta notablemente.
  3. Mejor uso del conocimiento distribuido: las organizaciones suelen tener inteligencia y experiencia valiosa en todos los niveles. El liderazgo circular permite aprovechar ese conocimiento de forma efectiva.
  4. Innovación sostenida: al dar espacio a múltiples perspectivas y enfoques en la toma de decisiones, se fomenta una cultura de experimentación y creatividad constante.

Pasos para implementar una cultura de liderazgo circular:

  1. Diagnóstico organizacional: antes de cualquier cambio, es clave entender la cultura actual, las dinámicas de poder existentes y la disposición al cambio.
  2. Formación en habilidades transversales: el liderazgo circular requiere que todos los miembros desarrollen competencias como comunicación efectiva, pensamiento sistémico, gestión emocional y toma de decisiones colaborativa.
  3. Rediseñar procesos de toma de decisiones: definir reglas claras sobre cuándo y cómo se delega el liderazgo en función del contexto (por ejemplo, mediante círculos de decisión o comités rotativos).
  4. Fomentar la transparencia y la confianza: la base de este modelo es la confianza mutua. Implementar mecanismos de rendición de cuentas horizontal y canales abiertos de información fortalece este valor.
  5. Medición y ajustes continuos: este no es un modelo estático. Requiere retroalimentación constante, revisión de roles y disposición para ajustar procesos que no estén funcionando.

El liderazgo circular no es una moda, sino una respuesta necesaria a los desafíos del mundo actual. Impulsar organizaciones más horizontales y adaptativas no sólo aumenta su resiliencia y competitividad, sino que también humaniza el trabajo, empodera al talento y genera una cultura de confianza.

La clave está en implementar este modelo con estrategia, paulatinamente y con un equipo de personas que posean un nivel alto de compromiso. La mejor forma de iniciar es por células de trabajo enfocadas a proyectos muy específicos.