Comienza el año y con ello nuevos ciclos; en los negocios, ésta es una oportunidad imperdible para la transformación, no solo se trata de un cambio de actitud, sino de emprender procesos y de ejecutar acciones concretas para un crecimiento real. La dinámica de las culturas empresariales implica procesos renovadores de manera constante, mantener este ritmo no es sencillo y menos cuando se está cegado por alguno de los dos fenómenos más comunes en el emprendedor. El primero se refiere a los escenarios adversos, cuando hasta ahora las cosas no han salido bien, los éxitos no llegan, hay desánimo en el ambiente y no hay una estrategia clara para salir de la mala racha, entonces se cree que nada va a cambiar por lo que se precipita un fracaso inminente. El segundo escenario se refiere al polo opuesto, cuando todo ha salido bien y se cree que nada puede inhibir la superación, hay una confianza extrema, los logros que hasta ahora se han conseguido pueden dar la impresión de que no se requiere atender ningún aspecto de la organización y que solo hace falta dejarse llevar por la inercia del éxito. Por ser extremistas, ambas posturas son graves errores.
En ese sentido, la Ingeniería en Comunicación Social, de la que ya se ha hablado en otras ocasiones, advierte que la construcción de cualquier escenario posible implica un gasto de energía, por lo que se debe cuidar que el uso de recursos sea en inversión y no en derroche. En otras palabras, cuando una empresa quiere cambiar, ya sea parcial o radicalmente, o incluso cuando desea mantenerse intacta, debe considerar la implementación de estrategias para que eso ocurra. Las cosas no suceden solamente porque sí, esta es una consideración que debe tomarse en cuenta tanto en panoramas adversos como en prometedores.
Cualquiera que sea el escenario buscado, lo primordial es realizar un diagnóstico básico, identificar las dinámicas y las tendencias de los entornos, tanto internos como externos; suele ocurrir que hacia el interior de las organizaciones se sigue un ritmo, mientras que afuera se marca otro. Las empresas que pretenden mantenerse ajenas al contexto foráneo son sistemas cerrados, como ollas de presión que en algún momento han de explotar por no tener válvulas de equilibrio.
El remedio para esa ceguera que obstaculiza el proceso de transformación organizacional para la productividad se llama Metanoia; ésta es una palabra que aunque no suele ser muy reconocida en la cotidianidad, sí lo es en el discurso de la Alta Dirección. Su significado se encuentra presente en la práctica sobresaliente de varias organizaciones que, sin importar su tamaño o giro, la ejercitan frecuentemente.
Peter Senge (1994) define la Metanoia como un desplazamiento mental o cambio de enfoque; es el tránsito de una perspectiva a otra, significa trascendencia, superación. Tiene su origen etimológico en meta que significa más allá de o por encima de, y en noia, cuya raíz nous se refiere a la mente; más allá de la mente.
La Metanoia es un cambio de perspectiva, significa no enfrascarse en una situación desde la misma postura, para lo cual es necesario mantenerse alerta constantemente, imaginar posibilidades. Lo que se requiere es una alta dosis de creatividad e imaginación. Metanoia es construir escenarios posibles, se trata de pensar en opciones, en contingencias, en explicaciones y acciones variadas a situaciones que no parecen tener alternativas, lo cual también exige un alto nivel de conocimientos, habilidades y destrezas. En otros términos significa pensar con otra lógica, ver con otros anteojos, explicarse el mundo de una forma en la que habitualmente no se hace; romper los moldes, saltar los paradigmas, tomar otra postura frente a situaciones que pueden ser comunes y ordinarias o extraordinarias, contingencias y emergencias.
El cambio de enfoque es un cambio de modelos mentales que implica un proceso de transformación permanente a nivel grupal y personal, se requiere de disposición, apertura y un pensamiento estratégico que no son innatos, hay que aprenderlos y ejercitarlos. Es por ello que la Metanoia es un aspecto clave en el aprendizaje empresarial; un aprendizaje que conjuga lo adaptativo con lo generativo, es decir, tanto hacer con lo que se tiene, como construir y gestionar nuevos recursos. Este tipo de aprendizaje aumenta la capacidad creativa.
Ese aprendizaje especial que requiere la Metanoia es un tipo de desplazamiento intelectual donde a veces es necesario dejar de lado lo que se sabe o se cree saber para tomar nuevos rumbos. Lewin (1952) considera que en la mente de las personas hay una lucha constante entre dos fuerzas, una que tiende al cambio y otra hacia la permanencia, al status quo. En esta inercia de direcciones opuestas el cambio ocurre cuando las fuerzas que pretenden contener son superadas por las que están impulsando. Este fenómeno también ocurre al interior de las empresas.
Lewin (1958) reconoce tres etapas que las organizaciones deben recorrer para consolidar un cambio: descongelar, mover y recongelar. El descongelamiento se refiere a la etapa de debilitamiento de la resistencia al cambio, se le llama descongelar porque algunas ideas están fielmente arraigadas en la mente de las personas, como si estuvieran detenidas, congeladas, por ejemplo la indiferencia, el conformismo, la indisciplina o la falta de compromiso. Una vez que hay disposición a ideas renovadoras, viene una segunda etapa que se conoce como el movimiento a un nuevo estado, se trata de promover el cambio, es el espacio de las alternativas y los escenarios posibles. En la última fase, la del recongelamiento, se busca consolidar y arraigar el nuevo modelo para estabilizarlo.
Desde una perspectiva innovadora este proceso debería estar activo siempre, el recongelamiento al que hace referencia el autor tiene fecha de caducidad y por lo mismo hay que estar alerta. Así es como se establece una relación directa y recíproca entre la Metanoia y el aprendizaje. Aprender para cambiar y cambiar para aprender. Aprender a cambiar.
La esencia de la Metanoia se puede resumir en la frase “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”, palabras que se le han atribuido durante mucho tiempo a Albert Einstein, reconocido científico estadounidense de origen alemán, famoso, entre otras razones, por la Ley de la Relatividad, y a quien recientemente se le ha atribuido una Teoría de la Felicidad.
Seis puntos clave a considerar para comprender y conseguir Metanoia
La práctica de la Metanoia promueve la creatividad en la productividad, ya que aunque originalmente se le piensa para la resolución de problemas, también es un eficaz método para el desarrollo de procesos innovadores; así que no solo los equipos creativos, los desarrolladores o los directivos deben practicarla, lo recomendable es que toda la organización se encuentre en estado permanente de Metanoia.
Referencias Bibliográficas:
Lewin, K. (1958) “Group Decision and Social Change”, en Maccoby, E., Newcomb, T. y Hartley, E. New York: Readings in Social Psychology, Holt, Rinehart, Winston.
Nosnik, A. (2012) Teoría de la Comunicación Productiva. Exploraciones más allá de la retroalimentación. Argentina: Ediciones HomoSapiens / UNR / BUAP
Senge, P. (1994) La Quinta Disciplina. España: Editorial Granica.