¿Quién no recuerda esos ojos grandes y lagrimosos de algún anime (caricatura) japonés de los años 90? Si ahora rondas los 30 años, no puedes negar que tus tardes de la infancia transcurrían entre saiyajines, caballeros del zodiaco, sailor scouts, monstruos de bolsillo, huérfanos maltratados, robots gigantes y demás personajes protectores del Universo y la paz mundial.
Más allá de ser la meca en innovación tecnológica, Japón nos obsequió algunos de los más grandes imaginarios de la cultura popular y que hoy en día siguen siendo clásicos y objetos de culto que se convirtieron en franquicias millonarias a nivel mundial, al grado de que All Nippon Airways (compañía aérea que ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de transporte internacional) presentó una flota de aviones revestidos con diseños de Pokémon, los cuales estuvieron vigentes por casi dos décadas, en las que personajes como Pikachu eran la carta de presentación cultural del país oriental.
La mayoría de estos personajes tiene su origen en el papel. El manga (palabra japonesa para designar a las historietas), no sólo se ha consolidado en el país que lo vio nacer –llegó un punto en el que el 38% de todos los libros e impresos publicados en Japón eran mangas y sus tirajes son de millones de ejemplares semanalmente–, sino que ya es un fenómeno comercial y cultural en occidente. El país del sol naciente aprovechaba la sentimentalidad para provocar empatía con sus historias, como fue el caso de Candy Candy, una niña huérfana que pasaba por la vida más difícil que se pudiera contar, o Sailor Moon, serie centrada en guerreras mágicas que ponía las relaciones humanas –como el amor y la amistad– como eje central de su trama y que de inmediato se convirtió en un éxito mundial, logrando que su anime fuera doblado en 42 idiomas y produciendo más de 1,500 millones de dólares en mercancía en sus primeros tres años de lanzamiento.
Pero si de ventas y popularidad hablamos, no podemos dejar de mencionar a One Piece, manga sobre piratas que tiene el primer lugar –con más de 500 millones de ejemplares vendidos– a nivel mundial, logrando una marca histórica en Japón y, además, tiene el récord Guinness como el cómic más vendido de la historia. Su anime, que sigue en emisión, cuenta con más de 900 episodios transmitidos por todo el planeta, llegando a considerarse un fenómeno social en el país nipón.
El segundo lugar lo ocupa Dragon Ball, que ha llegado a vender más de 300 millones de ejemplares y cuya franquicia ha logrado posicionarse como una de las favoritas, siendo su serie animada una de las más conocidas a nivel global, con un récord de audiencia en Estados Unidos de más de 1.7 millones de televidentes… ¿quién no conoce a Gokū? Su protagonista ya es un ícono que ha servido de inspiración para otros autores.
Saint Seiya o los Caballeros del Zodiaco, como se les conoce en México, también tuvo su origen en los mangas. Su caricatura gozó de una enorme popularidad, sin embargo, su principal mercado comercial es el de las figuras de acción, éxito que han sabido aprovechar de manera exponencial las compañías jugueteras. Año con año se ponen a la venta, cuyas versiones vintage (de los años 80) se han llegado a cotizar en más de mil dólares cada una. El negocio reside en que cada personaje –basados en la mitología clásica– cuenta con varias versiones y armaduras, por lo que no existe límite para el negocio; tal como sucede con Pokémon, que alcanza ya las 890 especies de monstruos en la franquicia y obviamente los debes tener todos.
Películas, videojuegos, juguetes, ropa y demás mercancía se lanzan día a día desde el país del sol naciente hacia todo mundo, el fenómeno cultural que sus personajes de enormes ojos ha creado crece y no se detendrá… y las compañías lo saben, y no tienen de otra que venderle a la gente lo que pide… Y tú, ¿has sentido el poder del cosmos?