El término "nuevo orden geofinanciero multipolar" se refiere a la idea de que el poder económico y financiero mundial está cambiando hacia un sistema multipolar en el que varias potencias económicas emergentes compiten por el poder económico predominante de los países occidentales. Esto se debe a que países como China, India, Brasil y Rusia están ganando terreno en la economía global, mientras que el poder económico de los Estados Unidos y Europa ha disminuido en todos los aspectos –militar, energético, financiero y comercial– en las últimas décadas. La transformación del poder económico y financiero hacia un sistema multipolar tiene un impacto significativo en la geopolítica global y en la forma en que se manejan los asuntos internacionales.
Este nuevo orden multipolar puede surgir debido a una serie de factores, como el crecimiento económico de países emergentes, cambios en las alianzas políticas y económicas, aspectos geoenergéticos y la interconexión global a través de la tecnología y el comercio. En este contexto, se espera que exista una mayor competencia entre distintos países y regiones por recursos, influencia y poder económico, lo que podría tener implicaciones significativas en términos de política internacional, comercio, energía, seguridad y desarrollo económico.
China se ha convertido en uno de los principales actores en la economía mundial, invirtiendo en proyectos de infraestructura en varios países a través de su iniciativa de la Franja y la Ruta, y acumulando reservas de divisas extranjeras sustanciales. Además, ha avanzado en sectores como tecnología, energía renovable e inteligencia artificial, lo que le ha permitido diversificar su economía y aumentar su influencia, por lo que se encuentra en las venas de casi todos los países del mundo. En términos financieros, ha fortalecido su posición como una de las potencias primordiales, con el yuan chino ganando importancia como moneda de reserva y el establecimiento de instituciones internacionales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) y el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Dentro de México tiene inherencia en diversas áreas, pero el compromiso con Estados Unidos no dejó que la empresa China BYD pudiera tener instalaciones en el país.
India ha estado mejorando su posición financiera global, fortaleciendo sus relaciones diplomáticas con varias naciones, y participando en foros internacionales como el G20, el BRICS y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Aunque no ha alcanzado el mismo nivel de progreso que China, está logrando avances notables. El mercado de valores de la India ha crecido constantemente y Mumbai está emergiendo como un significativo centro financiero regional.
En el nuevo orden geofinanciero multipolar, Rusia tiene una bolsa de valores fortalecida en Moscú y ha creado instituciones financieras como el Banco Central de Rusia. No obstante, las restricciones internacionales y la inestabilidad económica han obstaculizado su progreso. Los países mencionados se unieron en un grupo geoenergético que incluyó a Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía y Argentina, principalmente debido a su sede en Addis Abeba, la capital de la unión africana.
Brasil, la economía más grande de América Latina, juega un papel crucial tanto a nivel regional como global, y es clave en el nuevo orden geofinanciero multipolar en esta zona. Tiene gran influencia financiera debido a su sólida industria bancaria y su bolsa de valores establecida en São Paulo.
Nuestro país posee una industria bancaria robusta y una excelente bolsa de valores establecida en la Ciudad de México, pero no llega a participar en este orden geopolítico debido a los problemas internos y sociales que enfrenta, pero Guadalajara da una muestra de que pudiera ser el hub financiero de moda.
A medida que los países y las empresas se adapten a un entorno global más diverso y complejo es probable que la transición a un orden geofinanciero multipolar traiga nuevas oportunidades y desafíos, prepararse para este nuevo orden requiere una comprensión profunda de los cambios en curso en la geopolítica y la economía mundial, así como la adopción de estrategias flexibles y adaptativas.