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Candidaturas independientes

Por: Mtro. Iván Gutiérrez Herrera
Licenciado en derecho y Maestro en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Panamericana
@ivangtzher

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En 1946 la Ley Electoral marcó la pauta de la representación popular en México, ningún ciudadano mexicano podía ocupar un cargo de elección popular sin pertenecer a un partido político.

Muchos años después, particularmente en 2004, inició la lucha jurídica y política de Jorge Castañeda para poder ser candidato presidencial sin partido en las elecciones de 2006. Si bien no pudo conseguir su candidatura, su perseverancia lo llevó a instancias internacionales que dieron paso a la reforma constitucional que permitió que hoy los ciudadanos puedan impugnar resoluciones de autoridades electorales ante el Tribunal Federal Electoral.

Gracias a esta acción de Jorge Castañeda, en 2012 Manuel Clouthier pudo impugnar ante el Tribunal Federal Electoral la negativa de su registro como candidato independiente a las elecciones presidenciales de 2012. Al final, tampoco pudo obtener su candidatura, sin embargo impulsó la reforma constitucional que creó al fin la figura del “candidato independiente” para ocupar cargos de elección popular.

Es así como en 2012 se rompió con el monopolio legal de los partidos políticos que duró más de 65 años.

Sin embargo, el reconocimiento constitucional no fue suficiente pues se necesitaban conocer las reglas del juego que llegaron a todo el país hasta 2014, permitiendo hasta entonces abrir camino a todos aquellos ciudadanos que aspiraban a una candidatura independiente.

¿Por qué surgen?

Todo se resume en una sola palabra, “hartazgo social”.

Las candidaturas independientes surgen y cobran fuerza por la gran desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos políticos y sus representantes, pues los perciben como grupos envueltos de ineficiencia y corrupción.

Esta postura que les dio origen continua vigente pues según una encuesta de Parametría en 2015, las figuras de los candidatos independientes recibieron 65% de aprobación entre la población que en su mayoría ve con desconfianza a los partidos políticos.

Realidad Actual

Si bien hoy en día las candidaturas independientes son una verdad constitucional y legal en México, la realidad es que los requisitos para serlo son muy difíciles de cumplir, lo que hace que pocos puedan participar en una elección con ese carácter.

Por ejemplo, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales exige que los aspirantes deben constituir una sociedad civil y darla de alta en el SAT, lo cual lleva tiempo y no es tan sencillo de hacer.

Pero sin duda el requisito más difícil es recabar el 2% de firmas de la lista nominal de la demarcación a competir, 2% para Diputado Federal o Senador, y 1% para Presidente de la República, pues se tiene muy poco tiempo para hacerlo.

Para muestra, en la elección más reciente del país, ocurrida en la Ciudad de México el pasado 5 de junio de 2016 para elegir a la asamblea constituyente, un ciudadano aspirante a candidato independiente debía obtener 74 mil firmas en 45 días, es decir 2 mil firmas diarias, al final, 21 personas lo consiguieron.

Si nos trasladamos a la elección de 2015, de 7 mil cargos de elección popular que estuvieron en juego, sólo hubo 123 registros de candidatos independientes.

A pesar de las dificultades legales, de no tener la estructura y los recursos de un partido político, los candidatos independientes se han convertido en una importante amenaza para los partidos que nunca esperaron ver a un candidato independiente ganar una elección.

En 2015 hubo un total de 6 ganadores independientes, 1 Diputado Federal, 1 Diputado Local, 3 Presidentes Municipales y 1 Gobernador. Podría parecer un resultado desalentador pero para ser un primer ejercicio electoral a nivel nacional no es del todo negativo.

Si bien cualquier contienda electoral tiene un fuerte grado de dificultad, sin duda el aspirar a ser Gobernador de un Estado, es uno de los retos más difíciles. En junio de 2015, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, consiguió lo que parecía imposible, ser Gobernador independiente.

Este hecho sorprendió a los políticos partidistas, enalteció la figura de los candidatos independientes, y envió un claro mensaje de hartazgo social hacia los políticos y sus partidos.

En 2016 no hubo gobernadores electos independientes, pero hubo 10 Presidentes Municipales y un constituyente.

Para 2018 hay 3 situaciones probables, 1) que veamos figuras importantes como candidatos independientes, Jorge Castañeda ha manifestado su interés, lo mismo Pedro Ferriz de Con, Jaime Rodríguez “El Bronco”, entre otros, 2) que sean candidatos muy competitivos que superen en votos a algunos partidos políticos, 3) si varios candidatos independientes logran su registro, es probable que se diluya el voto, de ahí que entre ellos tengan que hacer alianzas e ir juntos.

No todas las voces están de acuerdo con las candidaturas independientes, hay quienes consideran que solamente se trata de una válvula de escape para aquellos aspirantes que no fueron elegidos como candidatos al interior de sus partidos, otros piensan que es una puerta abierta para que grupos del crimen organizado se infiltren en la política nacional, otros que opinan que al unirse entre independientes terminan siendo en el fondo un partido político, etcétera.

De lo que no debe caber duda es que la sola posibilidad de votar por un candidato sin partido, constituye  un gran avance político-electoral que apuntala la democracia mexicana. Si son o no la mejor opción electoral, el tiempo lo dirá.