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Brecha tecnológica, ¿la edad ya te alcanzó?

Por: MMD. Christian Flores Pérez
Experto en dirección de ventas , marketing digital, consultor y speaker
www.linkedin.com/in/soycrismx/

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La brecha digital es cualquier distribución desigual en el acceso, uso o impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación entre grupos sociales, los cuales se definen por criterios de género, geográficos, geopolíticos, culturales o de otro tipo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2017 sólo el 45.4% de los hogares de México contaba con computadora. Si bien lo anterior nos dio un contexto cuantitativo, estas líneas pretenden profundizar en la panorámica cualitativa de este tema en la realidad laboral y gerencial de nuestro país.

El esquema tradicionalista de gerenciar, la diferencia de generaciones que conviven entre sí en el ecosistema que llamamos “oficina” y el inevitable paso acelerado de las nuevas tecnologías han hecho que esta brecha esté presente en gerentes, asesores y supervisores regionales, que lamentablemente no están familiarizados con estos avances.

Palabras como Google Drive, Customer Relationship Management (CMR), webinar, metadatos, engangement, hosting, app, aunque usted no lo crea, estimado lector, no están en el lenguaje ni en la comprensión de cientos de gerentes de línea a lo largo de todo el país (si no los conoce, tenemos un área de oportunidad interesante). En tiempos donde la competitividad marca la pauta, desconocer las herramientas digitales nos puede poner en desventaja con nuestros homólogos, costarnos el respeto de los subordinados o, en casos muy específicos, dar una imagen de bajo desempeño ante nuestros superiores. Además de los estragos laborales que esto representa, ignorar terminología de apps, plataformas y sus respectivas funcionalidades aplicadas a la empresa propiciará la discriminación social por parte de los colaboradores más jóvenes.

Regresemos a los 90, ¿recuerda lo ridículo que le parecía que su padre o su abuelo le pidieran ayuda para programar la videocasetera? Bueno, pues justo este sentimiento –entre lástima, ternura y condescendencia– es lo que siente un millennial cuando le pide que le enseñe a usar Google Drive. Y no se trata de un un tema de edad, conozco gente en sus treintas orgullosa de no estar al tanto de las maravillas que ciertas aplicaciones pueden hacer por ella.

¿Cuáles son las desventajas de no estar actualizado en tendencias digitales?

  1. Bajo empuje por parte del equipo al saber que no se predica un ejemplo. No se puede exigir el uso de x o y herramienta cuando uno mismo no sabe cómo usarla.
  2. Discriminación laboral. Muchos gerentes terminan siendo los abuelitos de la oficina al dejar al descubierto su evidente desconocimiento en programas, aplicaciones o plataformas básicas.
  3. Tendencia al pasado en la oficina. Renovarse o morir suena trillado, pero la realidad es que hoy por hoy no me imagino un equipo de ventas sin un CRM, aunque sea básico, o algún tipo de herramienta colaborativa online, por ejemplo.
  4. Renuencia a espacios de trabajo digitales colaborativos.

Hace poco realicé un mystery shopper para un proyecto de real estate, el vendedor no sabía cómo llevar una simple videollamada desde su escritorio (se tomaba del cuello para abajo, a veces sólo se veía su ojo, movía la cámara incontables veces, no veía de frente al lente para generar una conexión con el interlocutor), ¿Zoom? ¿Hangouts? Ni pensarlo, fue call de WhatsApp y me sentí con suerte. En contraste, una señora –mayor de 50 años– me realizó completo el tour virtual por dos modelos diferentes de departamentos en tiempo real, destacando detalles, acabados, espacios y mecanismos de acceso. ¿A cuál de los dos vendedores contrataría usted, estimado lector? Creo que estamos de acuerdo.

La tecnología se ha desarrollado para servirnos, ¡aprovechémosla! En caso contrario, aunque no lo crea, es presa fácil en este campo de guerra despiadado, llamado elegantemente “mundo de los negocios”.