STRATEGIAS
En el ámbito empresarial, la comunicación desempeña un papel crucial y abordarla desde una perspectiva inclusiva no sólo fortalece la cultura interna, sino que construye una imagen sólida, atrayendo equipos de trabajo altamente capacitados.
La comunicación inclusiva fomenta la diversidad, la equidad y la participación de las personas que conforman la organización y su comunidad. Esto significa compartir información de manera accesible para todos, independientemente de sus antecedentes, habilidades, género u orientación sexual. En un entorno laboral inclusivo, el lenguaje y la comunicación desempeñan un papel importante en la creación de contenidos que reflejan la identidad de la organización y en la construcción de una realidad laboral en la que cada individuo se sienta valorado.
Cimentando la inclusión. Es crucial establecer una base sólida, no se trata sólo de elegir el material adecuado; es necesario adoptar una perspectiva igualitaria desde el inicio. Contribuir al bien común debería ser la motivación detrás de la comunicación y las estrategias de marketing. Al ser inclusivos nos convertimos en una marca atractiva, capaz de atraer talento, inversores y oportunidades comerciales. Para incorporar la comunicación inclusiva en una organización es fundamental comprender a fondo su cultura, valores y propósitos, así como involucrar a las diversas voces desde el principio. Esto garantiza una variedad de perspectivas que enriquecerán cualquier estrategia de comunicación.
Evitar el sesgo inconsciente. Estos sesgos representan un desafío significativo en el entorno empresarial, siendo el principal factor que contribuye a la desigualdad y la exclusión. Se refieren a los prejuicios automáticos que influyen en nuestras decisiones y percepciones de manera subconsciente. A menudo, pueden manifestarse en formas sutiles pero significativas, desde la selección de candidatos para un puesto de trabajo hasta la asignación de responsabilidades o el reconocimiento de logros. Las empresas deben adoptar medidas proactivas, como la sensibilización y la formación del personal para reconocer estos sesgos. Además, se pueden implementar políticas que reduzcan su influencia, como la adopción de procesos de selección y evaluación más transparentes. Al abordarlos de manera integral, las corporaciones pueden crear entornos donde los empleados tengan igualdad de oportunidades y sean valorados por sus habilidades y contribuciones.
Es decisivo simplificar los mensajes para que sean comprensibles para todos, utilizando un lenguaje inclusivo y evitando jergas que puedan excluir a ciertos grupos. La transparencia, la claridad y la inclusión de todos los miembros de la organización son elementos clave en este proceso. Además, adaptar los canales de comunicación para garantizar que los empleados tengan acceso a la información es esencial. Esto puede incluir la implementación de herramientas tecnológicas que faciliten la comunicación remota o la accesibilidad para personas con discapacidades.
Ser diversity-friendly. Esto se caracteriza por tener una identidad que abraza la inclusión desde misión, visión y valores, cuenta con una cultura compartida que fomenta la diversidad entre su personal, y un propósito que se centra en la reducción de la desigualdad y la discriminación social; sus elementos de comunicación son claros e inclusivos. La celebración de la diversidad y la creación de canales abiertos para la retroalimentación son aspectos de una comunicación inclusiva. Al destacar la diversidad y promover un ambiente donde todos se sientan cómodos compartiendo sus opiniones, se fortalece el sentido de pertenencia.
La comunicación inclusiva no sólo es un enfoque ético, es una estrategia inteligente para el éxito empresarial. De esta manera, las compañías pueden fomentar la diversidad, mejorar la moral, impulsar la innovación y construir relaciones sólidas con empleados y clientes.
