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ESTILO Y VIDA

De la idea a la materialización

Por: LN. Laura Sánchez Flores
Terapeuta especialista en cognición, lenguaje y biodescodificación
sanlauris@hotmail.com

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Cada día tenemos la oportunidad de crear miles de proyectos, pero ¿cuántos de ellos los llevamos a cabo realmente?, no se trata sólo de planear, sino de materializar las ideas.

No sé si a ustedes les ocurra, cuando entro al cuarto de baño, empiezo a planear, pensar nuevos proyectos e ideas, me sorprende con qué facilidad quedan los planes hechos en la mente, pero al salir se desvanecen como si no hubiera imaginado nada.

Para lograr materializar esas ideas se necesitan varios pasos. El primero es saber exactamente qué es lo que quieres. Es decir, la idea que tiene una imagen y definición. De aquí tenemos que partir para darle forma a lo que vamos a materializar.

Ya que tenemos bien definido el objetivo, el paso siguiente será ponerlo en palabras, dicen que la palabra crea la realidad, así que debemos nombrar lo que queremos.

Tenemos que cuidar mucho las palabras que usamos para nombrar aquello que deseamos materializar. Por eso hay que escucharnos al hablar, no es lo mismo decir “voy a salir a buscar empleo” a “voy a salir a encontrar empleo”. Probablemente quisimos decir lo mismo, pero las frases tienen diferente significado, tanto el cerebro como el Universo toman todo literal.

Dice la Ley de Atracción que las emociones son muy importantes para que el Universo nos apoye en la realización de los deseos, así que, hay que identificar la emoción o sentimiento acorde al objetivo, si lo que queremos materializar nos va a hacer sentir felices, realizados o tranquilos, así debemos permanecer.

La costumbre es que cuando logramos concretar los proyectos, es cuando nos ponemos felices, vamos a tener paz interior y demás, y no es así, funciona justo al revés, primero debo mantener la emoción que me provoca el resultado final y de este modo el Universo, mágicamente, arregla las circunstancias para que fluya la ayuda. Esto implica confiar en que las cosas se darán de manera sencilla.

A partir de este momento, se deberá estar muy atento a las señales que nos puedan indicar que vamos bien en la consecución de nuestro objetivo, por ejemplo: si deseamos comprar una casa, y todo lo que nos encontramos en el camino son casas en venta, ofertas, liberaciones de créditos hipotecarios con facilidades, querrá decir que vamos en buena dirección.

Por el contrario, si lo que vemos es que suben los precios, será señal de que debemos corregir algo de lo que dijimos para alcanzar la meta.

Estas “señales” nos orientan para reforzar el camino o para ver si nos desviamos y corregir el rumbo.

A toda acción corresponde una reacción, tal vez nos encontremos con bloqueos propios. Uno de los más comunes es quedarnos esperando que las cosas sucedan. Es indispensable que accionemos, que hagamos lo propio. Si el objetivo es la casa, pues ahorrar el dinero, buscar en Internet ofertas.

Otra situación que detiene la materialización es tener sentimientos negativos, justificando que las cosas no salen porque todo está caro o la economía del país, o que tenemos mala suerte.

Podremos encontrar estos bloqueos, pero será de suma importancia no negociar con nosotros mismos el resultado a obtener, me refiero a no conformarnos con menos.

Quizá tengamos que trabajar más tiempo o más intenso, pero será la satisfacción de tener el resultado deseado y la materialización de nuestro deseo, el premio por haber sostenido el proyecto desde el inicio hasta el final. Pruébalo y platícame cómo te fue.