
El deporte, al igual que muchas cosas en la vida, es cíclico. El cambio es una constante, aunque en las últimas décadas, y gracias a la explosión masiva de los medios de comunicación, algunas historias se logran preservar y prolongar por mucho tiempo en el inconsciente colectivo.
En el caso del tenis hay un sinfín de nombres importantes. Todos y cada uno de ellos con historias dignas de contarse. Están aquellas grandes y legendarias figuras que forjaron y dieron renombre competitivo a la disciplina. Y, con el paso de los años, llegaron los jugadores que revolucionaron el deporte para convertirlo en un espectáculo.
El también conocido como “deporte blanco”, nombre heredado de la época antigua en la que se jugaba vistiendo exclusivamente ese color, ha vivido etapas interesantes. Desde sus orígenes en el siglo XVIII hasta la actualidad, esta práctica ha logrado transformarse, aferrándose a muchas tradiciones, pero a su vez adaptándose a los nuevos tiempos.
En sus inicios, el tenis era practicado por la realeza. Un deporte exclusivo que fue migrando conforme muchas de las nuevas naciones que conocemos formaban sus primeras sociedades atléticas. Torneos como Roland Garros y el US Open, algunos de los más antiguos, surgieron en aquellas épocas, y fue en los años 20 que se volvieron competiciones internacionales.
La década de los 70 fue una de las más importantes para el tenis, ya que se dieron los primeros pasos para que se transformara en un deporte reconocido y practicado a nivel mundial. Fue en estos años que se creó el primer circuito tenístico en el mundo. Lo que llevó a los primeros profesionales a recorrer las canchas en diferentes altitudes del planeta.
Aquí es donde todo se fue haciendo cada vez más grande. Los torneos comenzaron a ofrecer importantes premios monetarios y, como parte de la aparición de los medios en el entorno, se sumaron los patrocinadores y las marcas empezaron a vivir su propio juego. Aquí llegaron muchos de los nombres míticos del deporte como André Agassi, Boris Becker, John McEnroe y Björn Borg.
Los 80 y 90 cimentaron el lujo y la ostentación de esta disciplina. Y esto estaba acompañado por lo épico de las competencias que se veían en los torneos, ya que todos estos nombres se peleaban por la cima de las clasificaciones.
Y así llegamos a la época moderna, en la que la dominancia absoluta recayó en tres personas. Durante poco más de una década, la calidad máxima ha pasado por las manos de los mundialmente reconocidos “Big 3”. Un suizo, un español y un serbio lo cambiaron todo. De forma individual, pero de alguna forma también como un conjunto, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic marcaron el camino de una generación.
Entre los tres conquistaron más de sesenta de los títulos más peleados de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Con números extremadamente cercanos, 24 para Djokovic; 22 para Nadal y 20 para Federer. Desde el 2007 hasta la fecha, uno de ellos estuvo en la cima de la clasificación por lo menos durante 8 años.
En 2022 dio inicio el final de la era, cuando Roger Federer anunció su retiro. Dejando imágenes icónicas se fue siendo uno de los tenistas más elegantes que han existido. En octubre del 2024, Rafael Nadal hizo lo propio, y así dijo adiós uno de los profesionales más aguerridos de la historia.
Hoy en día, de ese “Big 3” sólo se mantiene el que, de acuerdo a números, es el ganador de la historia: Novak Djokovic, de 38 años, quien busca mantenerse en la élite y prolongar un poco más la leyenda, que por más imponente que resulte, está bajo el acecho de las nuevas y jóvenes figuras el deporte blanco.
Habrá que ver quién o quiénes tienen lo que se requiere para abanderase en esta nueva era del tenis.