STRATEGIAS
“¡Diablos, no hay reglas aquí! ¡Estamos tratando de conseguir algo!”. Es la frase que respondió Thomas Edison, inventor de la bombilla, cuando sus ayudantes le preguntaron por las normas de su laboratorio. Y es que las ideas disruptivas rompen los esquemas habituales, se enfrentan a los paradigmas existentes, agitan el statu quo y crean conceptos nunca antes vistos.
Disruptivo se traduce del inglés disruptive y significa “ruptura brusca”. Por tanto, las ideas disruptivas son ideas diferentes que ocasionan rupturas bruscas en la forma en la que se compite en un mercado. El pensamiento disruptivo es el valor añadido más importante que le permite a una empresa pequeña y de menores recursos (start-up) desafiar con éxito a otras más grandes y consolidadas. Esto es muy fácil de decir, pero ¿cómo una empresa revoluciona el mercado con una idea disruptiva?
En primer lugar, se crea un nuevo producto con otra tecnología y funcionalidades que se orientan a un segmento desatendido del mercado. Mientras tanto, la competencia sigue sin innovar y centra su servicio en la mayoría de clientes habituales. A medida que pasa el tiempo, el nuevo producto va consiguiendo más y más mercado desde la parte baja, mejorando su rendimiento y valor. Los clientes de la parte alta comienzan a probarlo y adoptan la reciente tecnología como habitual, exigiendo al resto de competidores los estándares del nuevo producto. Ahora sí, han cambiado las reglas del juego.
En definitiva, los disruptores se dirigen con éxito a segmentos ignorados por las grandes compañías. Esto les permite ofrecer servicios más adaptados a las necesidades de las personas, más simples y a menudo a un precio menor.
Veamos cinco casos de start-ups que fueron capaces de crear nuevos espacios de mercado gracias a la implementación de ideas disruptivas:
Netflix: comenzó como un videoclub virtual en donde los clientes elegían las películas a través de una plataforma en línea y estas se enviaban físicamente en DVD por correo postal. Tenían como principal competencia a Blockbuster, que ofrecía el mismo servicio. Sin embargo, en 2007 Netflix introdujo la iniciativa disruptiva de ver las películas vía streaming por medio de una subscripción online. Los clientes ya no tenían que esperar a que les llegase un DVD, pudiendo disfrutar de las cintas de forma inmediata.
Icon: es una empresa que fabrica casas con impresoras 3D. De la tinta al cemento. Se trata de uno de los ejemplos de innovación disruptiva más impresionantes. Hace años nadie hubiera podido imaginar que una impresora llamada Vulcan II fabricaría un inmueble en tan sólo 24 horas y a precios realmente accesibles. Esta brillante iniciativa creó por ella misma un nuevo segmento de mercado.
Uber: es la compañía de taxis más grande del mundo y no tiene vehículos. Aprovechó los servicios de GPS y geolocalización que todos llevamos en nuestros teléfonos para revolucionar por completo el servicio. La facilidad de pedir un coche pulsando un botón fue realmente disruptiva e impulsó la aplicación a lo más alto. Este servicio no sólo concedió mayor comodidad y seguridad a los pasajeros, sino que también generó la oportunidad a cualquiera de ofrecerse como conductor y obtener ganancias.
Alibaba: es una corporación china de comercio electrónico para empresas internacionales. Es disruptiva porque no cuenta con inventario propio y tampoco tiene servicios de envío o entrega. Funciona como una web intermediaria que pone en contacto a compradores y vendedores, recibiendo comisiones por cada transacción. La compra se realiza al por mayor, con grandes bloques de productos (puede ser una caja con doscientos cargadores de teléfono móvil o mil balones de futbol).
Airbnb: se trata del mayor proveedor de alojamiento del mundo, pero no posee propiedades inmobiliarias. Anteriormente, los viajeros debían conformarse con elegir entre hoteles, posadas o pensiones. Ante esa oferta limitada, un grupo de emprendedores generó una plataforma digital de mercado comunitario dedicada a la oferta de alojamientos turísticos. En ella, los anfitriones pueden publicitar y contratar el arriendo de sus propiedades con sus huéspedes. El sistema permite al usuario encontrar alojamiento muy económico, con la diferencia de que no será en un hotel, sino en el hogar de otra persona.
Ahora te toca a ti, ¿se te ocurre alguna idea disruptiva para romper el mercado?
