Amigos, la “imagen” es eso que los senadores de Monterrey pierden con cada TikTok y que los candidatos a cualquier hueso en las siguientes elecciones intentan ganar. La realidad es que podemos pensar que el término “imagen” es tan artificial que resulta lo mismo tenerla o no, lamentablemente vengo del futuro a revelarles que la cosa funciona al revés, ya que es como nuestra sombra, podemos no verla y no percibirla, pero siempre está presente.
Partamos desde el inicio. De acuerdo a Víctor Gordoa, en su libro El poder de la imagen pública, la imagen podría definirse como la percepción que las personas que nos rodean en diferentes contextos tienen de nosotros. Ahora bien, esta apreciación se construye con los estímulos que lanzamos, con intención o sin ella, a los entes con los cuales tratamos día con día. Si la percepción es imagen y la imagen son estímulos, diariamente lanzamos impulsos que los demás captan y crean una idea de lo que somos y, peor aún, esta concepción podría impactar lo que seremos, pues este mundo es extraño y, en ocasiones, la percepción lleva mayor peso sobre lo que rebasa sus fronteras. ¿Les ha pasado que conocen de vista a “X” persona y piensan: “no se por qué, no he cruzado una palabra con ella, simplemente la he observado, de hecho, cuando nos hemos topado me saluda muy bien, pero algo tiene que me genera cierta repulsión, me cae mal y ni siquiera sé por qué”? Bienvenido, estás aterrizando en planeta percepción, abróchate el cinturón, pues si esta persona no hace algo para demostrar lo contrario, no habrá poder humano que logre que tu concepción cambie dentro de tu criticona mentecilla.
Una vez entendido lo anterior, vamos a entrar en detalle:
Y puedo seguir interminablemente. Ahora, es importante dejar en claro que la imagen no es sólo lo que físicamente habla de nosotros, como el traje, el reloj, la marca de nuestro auto, el iPhone… todo esto es fondo; lo que sale de nosotros como actitudes, manera de dirigirnos o pensamientos, a eso lo vamos a identificar como forma. Para que nuestra imagen funcione debemos ser fondo y forma, cáscara y pulpa, envoltura y producto, debemos ser y parecer.
Para este punto seguramente ya notaste que, aunque la representación que se tenga de ti varía de persona a persona, afortunadamente tenemos la capacidad de administrar los impulsos para llevar la impresión de quien nos rodea a una imagen adecuada, que será complementada con los recursos físicos con los que contemos y es ahí donde nuestra ecuación funcionará.
¿Difícil? Quizás. ¿Imposible? No tanto. ¿Necesario en el mundo laboral y de negocios? Por supuesto que sí.
Imagínate que Carlos Slim llega a una conferencia de prensa de fundación Telmex con unos jeans color verde deslavados, una playera blanca de algodón con una mancha de salsa y unos Converse clásicos azules. ¿Será el ingeniero Slim? Seguro, pero no lo parecerá. ¿Ya estamos claros?
Somos los arquitectos de nuestra imagen profesional y, aunque no podemos controlar todo lo que piensen de nosotros, tenemos la responsabilidad ética y personal de que esa imagen sea lo más parecida a lo que somos. ¿Por qué?
Ahora que ya lo sabes, llega a esa oficina mañana demostrándoles a todos lo que pareces (pero también eres). Mucho éxito.