Atrás quedaron los tiempos en que para publicar era necesario mandar tu manuscrito a las grandes editoriales y esperar, con los dedos cruzados, que fuera aceptado. Actualmente, la autopublicación ha tomado fuerza y muchas personas buscan dar a conocer sus obras; esto resulta interesante considerando que –según el Inegi– cada mexicano lee, en promedio, 3.8 libros al año.
Aunque El Economista señalaba en noviembre del año pasado que las ventas en el sector librero van a la baja y que la industria editorial en México está estancada, los jóvenes y no tan jóvenes autores no abandonan el sueño de mostrar sus creaciones y verlas impresas.
Hoy en día, existen varias plataformas para compartir historias y obtener retroalimentación, una de ellas es Wattpad, una comunidad de lectores y escritores que surgió en 2006, donde los usuarios pueden unirse a grupos, comentar los textos y hasta votar. La app de este sitio llegó a ser tan popular que en 2009 superaba los cinco millones de descargas.
Pero si no es suficiente con publicarla en la web y necesitas tener entre tus manos tu novela en formato físico, puedes encontrar varias opciones para cumplir el objetivo.
¿Por dónde empiezo?
Si te sientes seguro de tu trabajo y quieres aventurarte sin ayuda, Amazon te ofrece la oportunidad de poner tu libro a la venta y no sólo eso, puedes lanzarlo en versión digital o impresa bajo demanda, esto quiere decir que sólo se imprimen los ejemplares comprados en línea. La desventaja es que si bien puedes armarlo con sus sencillos programas, nadie revisará tu material, por lo que debes ser muy cuidadoso. Otro punto importante: la plataforma cobra comisión.
Ahora, si buscas una empresa que incluya servicios editoriales, como maquetación, portada, versión digital y distribución física, puedes recurrir a Caligrama, filial de Penguin Random House, el paquete te cuesta 499 euros. Además, conservas los derechos de tu obra y te brindan un asesor para facilitarte el proceso.
También puedes llevar tu libro directo a una imprenta y sacarlo totalmente por tu cuenta, así las ganancias serán tuyas, pero deberás tener un lugar para almacenar los ejemplares –recuerda que para reducir costos debes ampliar el volumen de producción– y hacer todo lo posible por venderlos, de lo contrario perderás tu inversión.
No descartes la opción de recurrir a una editorial pequeña, con la que puedas lograr un acuerdo y facilitar el proceso para alcanzar tu meta.
Antes de publicar, ¡revisa tu texto y hazlo visualmente atractivo!
La autopublicación tiene sus limitantes, pues de ti depende escribir la obra, revisarla, maquetarla y distribuirla. No olvides que tu trabajo se convertirá en una pieza inmortal, por lo tanto, hay algunos puntos a considerar.
Lo ideal es contratar, al menos, a un corrector de estilo y evitar errores ortográficos o gramaticales, dedazos… Acude con un diseñador para que te recomiende tipografías y le dé forma a tu libro, el que se pueda leer con facilidad y sea visualmente atractivo será un plus en el mercado, también es recomendable que un experto te ayude con la portada.
No olvides registrar tu obra en derechos de autor, así no te expondrás a plagios, y tramitar el ISBN, un identificador de producto usado por editores y tiendas para pedidos, listados, registros de venta y control de existencias.
Publicar sin contar con el cobijo de Alfaguara o El Fondo de Cultura Económica no es imposible, sólo hace falta que te decidas a mostrar tu talento al mundo y encuentres la opción que mejor se adapte a tus necesidades.