INICIO | ARTE Y CULTURA
ARTE Y CULTURA

La mirada que cambió todo

Por: Sophia Olivares
Animadora digital, dibujante e ilustradora
sophia.olivares@uniat.edu.mx

Share This:

Estaba navegando en TikTok cuando vi un video sobre la discusión “¿a las mujeres les gusta más Loki que Thor?”, una chica explicó un concepto nuevo para mí: female gaze y su contraparte el male gaze, al oír estos términos me quedé intrigada, pues me hizo reflexionar sobre el contenido que consumo y así darme cuenta de que no noté pequeñas cosas con mucho significado: ¿por qué en diferentes ocasiones solía incomodarme al ver a una mujer en películas o series, sin entender bien la razón? O cuando me gustan personajes y artistas fuera del estereotipo de “hombre masculino” y esto causa burla. Gracias a esta reflexión, muchas de mis dudas fueron aclaradas.

Pero ¿qué es el female gaze?

También conocido como mirada femenina, es una respuesta nueva a la manera de hacer cine. Pretende dejar atrás la idea de ser observadas como meros objetos sexuales por el hecho de ser mujeres y darnos protagonismo enfocándose más en lo emocional y lo narrativo. Sin embargo, esto no aplica solamente a personajes femeninos, también a los masculinos. La novelista Tori Telfer menciona que el female gaze es emocional e íntimo, ve a las personas como personas. Trata de empatizar en vez de objetivar. Los productos mediáticos creados desde la mirada femenina garantizan la presencia de una mujer detrás de dicho contenido.

En 1975, la teórica del cine Laura Mulvey escribió un ensayo titulado “Placer visual y cine narrativo”; la autora explica, con respecto al male gaze, el hombre o lo masculino siempre está relacionado con lo activo, mientras la mujer y lo femenino, con lo pasivo. El hombre siempre tenía poder, incluso era el dominante. La mujer, por otro lado, pertenecía a la historia y a la pantalla como objeto sexual para ser observado y disfrutado; pero no tenía una historia propia.

Sin embargo, esto no se limita al cine, va desde novelas, series hasta animes y mangas, en los cuales el protagonista suele entrar en el típico estereotipo de masculinidad y la mujer va a un segundo plano. Aunque estas historias sean más populares, hay obras de calidad escritas por mujeres. Un gran ejemplo es Hiromu Arakawa, con Fullmetal Alchemist, la cual presenta problemas sociales: familias rotas, adopción, venganza y perdón. Pertenece al género aventura, fantasía y ciencia ficción, demostrando la habilidad de las mujeres para escribir historias de este tipo.

86:Eighty-Six es un anime basado en la novela ligera de Asato Asato, una escritora japonesa. La historia pertenece al género ciencia ficción, bélico y mecha (robots/máquinas controladas por un piloto). Narra la historia de un país en guerra con otro, donde usan legiones mecanizadas para combatir al enemigo, manejadas por personas excluidas de su país por no ser albinos y que acceden a luchar debido al gobierno, pues les prometió devolverles sus derechos. Tan solo con ver el primer capítulo puedes darte cuenta de los posibles temas que se pueden abordar sin estar lejos de nuestra realidad.

Algunas autoras optan por ser discretas, ya sea haciéndose pasar por hombres o no revelando su género. Tal es el caso de Koyoharu Gotouge, creadora de Demon Slayer, pues no se tiene muy claro si es mujer u hombre, pues los japoneses no acostumbran aceptar historias provenientes de mujeres, excepto en el caso de romance.

Nosotros, como espectadores, tenemos el poder de cambiar la situación apoyando estas obras para lograr un mayor alcance y así abrir paso a nuevos proyectos e inspirando a más mujeres a no tener miedo de crear historias con una perspectiva femenina, rompiendo esquemas y estereotipos sin importar el género o lo que se desee contar.