A estas alturas del partido es difícil no reconocer el alcance que Facebook, como empresa, tiene en la vida de millones de personas en el mundo. De hecho, se ha popularizado la expresión “es que Facebook me espía” cuando alguien encuentra en su barra de noticias anuncios sobre productos u objetos que había pensado comprar. Pero ¿qué pasa realmente con este sitio y su creador?
Actualmente, Facebook es la red social con un mayor número de usuarios en el mundo, 2.7 billones de cuentas activas en su red homónima y 1 billón en Instagram. Sin embargo, como lo anotó Linus Sebastian, analista en tecnología, “si un servicio parece ser gratuito, ocurre que nosotros no somos los usuarios, somos el producto”.
Tan sólo en el 2020 (y en plena pandemia) Facebook reportó en su informe fiscal que obtuvo más de 31 billones de dólares en ganancias por ventas publicitarias. Esto representó un incremento del 4.9% comparado con el año anterior.
Con una base de usuarios y ganancias que se cuentan en los billones, no es sorpresa que Mark Zuckerberg, miembro fundador y propietario, sea escrudiñado no sólo por la sociedad, sino también por gobiernos en todo el mundo.
Y es que frente a un éxito y una precisión tan exacta en los anuncios que muestra, surgen preguntas como: ¿qué tanto sabe esta red social sobre mí y qué tanta privacidad tiene lo que comparto?
Es cierto que cuando creamos una cuenta estamos aceptando en sus términos y condiciones que nuestra información sea usada para “optimizar” la publicidad que vemos en nuestro feed, pero las cosas no suelen ser tan simples.
Por ejemplo, en las audiencias de 2018, cuando se cuestionó a Zuckerberg sobre los llamados “perfiles de sombra”, se plantearon problemas reales y preocupantes. De acuerdo con información y cuestionamiento del representante de Nuevo México, Ben Lujan, Facebook tiene registros de personas que no tienen cuentas en dicha red social, almacenando su rostro, contactos en común y una serie de datos para un uso “que no se sabe”.
Si bien es cierto que las personas que crean una cuenta están aceptando compartir su información, resulta preocupante que individuos que no lo han hecho ya formen parte de una base de datos sin su consentimiento. ¿Y para qué?
De la misma forma han surgido cuestionamientos sobre lo que hace Facebook para controlar grupos de extremismo y conspiración que puedan divulgar mensajes de odio o promover crímenes en la sociedad sin que sean debidamente restringidos de una red social tan importante.
Justo la conversación se torna más relevante cuando nos enteramos del llamado “metaverso” que la empresa de Zuckerberg quiere crear mediante realidad virtual, salas de conferencias y espacios de trabajo para sus usuarios, lo que podría representar una nueva plataforma para monetizar y mostrar anuncios.
Es innegable el impacto que han tenidos las redes sociales en nuestra vida, sin embargo, el precio que pagamos como individuos y sociedad ha involucrado el regalar nuestra información personal, ser invadidos por anuncios que lucran millones para una empresa que no invierte lo suficiente en sus servicios al cliente y mejoras de calidad en la experiencia del consumidor.
Será interesante analizar lo que ocurra en los próximos años con una compañía que, si bien cuenta con billones de usuarios, cada día recibe nueva competencia que pone en riesgo su dominancia, como es el caso de TikTok.