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Netflix y tesla, ¿oportunidad de inversión o sobrevaloración?

Por: MBA. Ramón Arturo García Miró
Máster en dirección de empresas por el IPADE (MEDE) con especialidad en finanzas.
linkedin.com/in/MBA-RAGM

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Recientemente observamos el desplome en los precios de cotización de dos de las acciones tecnológicas más importantes y de mayor crecimiento en la última década. En ambos casos, existen tesis fundamentales que intentan explicar el razonamiento de los inversores institucionales.

En el caso de Netflix, se habla de que, por primera vez en su historia, la empresa reportó números que denotaban un retroceso en sus suscriptores y, por ende, una desaceleración en sus ingresos, esto derivado de su salida de Rusia y la difícil competencia en las plataformas de streaming. Por otro lado, en Tesla se habla de que a los inversores no les pareció que Elon Musk, fundador, director y alma de esta innovadora empresa, destine dinero y tiempo con la compra de Twitter. A diferencia de Netflix, es un caso de administración interna y no de sustitución en el mercado.

¿Son estas razones suficientes para ocasionar caídas de 45% (más de 60,000 millones de dólares en el caso de Netflix y 20% (más de 170,000 MDD) en el caso de Tesla?

Aunque ambas razones parecen congruentes y soy fiel creyente del análisis fundamental, por encima de la metodología técnica, en ambos casos existe algo más profundo. Estas empresas se encontraban sobrevaloradas y cotizando a múltiplos demasiado exigentes debido a la euforia por las tecnológicas disruptivas y una inexperimentada ola de nuevos inversionistas con poco conocimiento fundamental, pero mucha moda y fanatismo.

En anteriores colaboraciones, hablamos de cómo importantes inversionistas y fundadores de grandes empresas se encontraban en una etapa de venta de sus portafolios, tomando una política más líquida debido a: la sobrevaloración, la cantidad de capitales inyectados a la bolsa durante la pandemia, conflictos geopolíticos, aumentos en las tasas de referencia y cómo esto provocaría un crash bursátil. Estas caídas continuarán sucediendo, veremos un paulatino balanceo en la colocación de capitales, en donde mucho del que aún esté en tecnológicas, migrará a industrias de necesidad básica, con menores márgenes y escalabilidad, pero con un mercado mucho más predecible e inelástico. No es que los inversionistas no supieran esto antes, pero si detectan una oportunidad ante la euforia ya mencionada, no la van a dejar pasar. Digamos que se subieron al tren, sabiendo que se iba a descarrilar tres paradas adelante, para bajarse en la segunda.

Contestando la pregunta que titula este artículo, estos ajustes en los precios de ambas empresas no tendrán un rebote significativo, sino que se mantendrán en una nueva realidad de precios de cotización y a la que pronto se le sumarán algunas otras empresas de moda. En el caso de Netflix, esperamos ajustes en el modelo de negocio, probablemente explorando la metodología freemium buscando recuperar ingresos perdidos en suscripciones con publicidad durante el streaming, porque, de continuar esta tendencia, Blockbuster se va a regocijar en su tumba. Estos cambios probablemente estabilizarán a la compañía, pero difícilmente veremos un regreso milagroso a los precios en los que se encontraba en el primer trimestre del año.

Tesla es distinto, aun cuando el mercado de los vehículos eléctricos e inteligentes se encuentra en una guerra comercial importante; también compite en la industria de generación de energía, lo cual la convierte en una compañía diversificada y sostenible, pues podremos dejar de comprar un automóvil Tesla, pero no vamos a dejar de necesitar energía eléctrica eficiente. A esto hay que sumarle que Musk puede sacar un conejo del sombrero en cualquier momento, porque hay que reconocer que, aunque no comparta algunos de sus métodos, el señor es un genio. La compra de Twitter no fue un capricho, hay que estar atentos a de qué manera le sacará provecho al controlar la red social de opinión más importante del mundo. Así que, en el caso de Tesla, puedo ver un mejor panorama de recuperación. Puede ser rentable, pero si lo que se busca son rendimientos a doble dígito, estos tardarán en llegar algunos trimestres más.

Estamos experimentando muchos ajustes en el orden mundial, desde temas políticos, comerciales, control de masas, ambientales y, sin duda, financieros. Veremos volatilidad en los mercados, por desgracia mi apuesta está en que la tendencia será bajista. Debemos fijarnos en los múltiplos a los que actualmente cotizan nuestras empresas elegidas y hacer un análisis histórico de estos. Pero principalmente conocer en dónde compiten y qué están haciendo para ganar.