Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nacen como la alternativa para conseguir un futuro de calidad bajo el concepto de la sostenibilidad. El 25 de septiembre del 2015 en Nueva York, durante la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, se firmaron por un total de 193 países los ODS, donde se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos día a día.
Los ODS incluyen 169 metas concretas dentro de 17 grandes objetivos:
1) Fin de la pobreza. | 9) Industria, innovación e infraestructuras. |
2) Hambre cero. | 10) Reducción de desigualdades. |
3) Salud y bienestar. | 11) Ciudades y comunidades sostenibles. |
4) Educación de calidad. | 12) Producción y consumo responsables. |
5) Igualdad de género. | 13) Acción por el clima. |
6) Agua limpia y saneamiento. | 14) Vida submarina. |
7) Energía asequible y no contaminante. | 15) Vida de ecosistemas terrestres. |
8) Trabajo decente y crecimiento económico. | 16) Paz, justicia e instituciones sólidas. |
17) Alianzas para lograr los objetivos. |
Incluso en 2015 los ODS fueron firmados bajo sospechas de su cumplimiento teniendo en cuenta que dependen no sólo de sumar esfuerzos en los distintos rubros, sino de factores externos impredecibles como lo fue la pandemia por COVID-19 que azotó a la población en 2019 y que para 2020 sería declarada emergencia mundial.
Si bien no se entrega un resumen de los avances año tras año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que la pandemia habría dejado enormes secuelas en la sumatoria de los esfuerzos por conseguir las metas previstas para 2030, por lo que proyectan una cumbre que llevaría por nombre “La Cumbre del Futuro de 2024” para emitir “Nuestra Agenda Común”, que sustituirá a la de 2015: “Agenda 2030”. Lo anterior surge con la finalidad de encontrar alternativas que logren compensar el tiempo perdido en la pandemia, consiguiendo esfuerzos más eficaces para conseguir los ODS del 2030 sin modificar la fecha objetivo.
A pesar de los múltiples temas que han impactado negativamente los avances en el cumplimiento de los ODS, la ONU publica que los objetivos que en 2023 tienen mayores avances son 17 (Alianzas para lograr los objetivos), 14 (Vida submarina) y 12 (Producción y consumo responsables), con 100%, 99.5% y 95.8%, respectivamente. Ante la presentación de estos resultados es imposible no analizar el panorama actual y evidenciar, sin necesidad de un gran análisis, que en la realidad pareciera que cumplir o no los objetivos da lo mismo.
En relación con los otros ODS está claro el rezago que presentan, de las 169 metas se tienen 29 cumplidas y el resto presenta un desvió muy marcado en sus esfuerzos, abandono e incluso un avance por debajo del 30% del previsto valorado en 2015, ¡que se tendría para 2020!
Con este escenario es grande la sospecha de que la Agenda 2030, “Nuestra Agenda Común” –que surgirá este 2024– y cualquier otro esfuerzo no será suficiente para cumplir las promesas; en su comunicado la ONU declara: “a mitad de camino hacia 2030 esta promesa está en peligro. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible están desapareciendo en el espejo retrovisor, al igual que la esperanza y los derechos de las generaciones actuales y futuras. Necesitamos un cambio radical –en cuanto al compromiso, la solidaridad, la financiación y la acción– para posibilitar que el mundo vaya por mejor camino, y lo necesitamos ya.”
Si prosiguen las tendencias actuales, en 2030 seguirán viviendo en la pobreza extrema 575 millones de personas y apenas un tercio de los países habrá cumplido la meta de reducir a la mitad el nivel nacional de pobreza. No había tanta hambre en el mundo desde 2005 y los precios de los alimentos son elevados en más países que en el período 2015-2019; se necesitarán 286 años para cerrar las brechas de género que existen respecto de la protección jurídica y en eliminar las leyes discriminatorias; nuestra vida y salud dependen en gran medida de la naturaleza, pero podría llevarnos otros 25 años frenar la deforestación, y se suma que en el mundo hay un sinfín de especies en peligro de extinción. La falta de progresos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible es universal, pero es evidente que los países en desarrollo y las personas más vulnerables son los que sufren las peores consecuencias de nuestro fracaso colectivo.