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PANORAMA INTERNACIONAL

Space tourism. Oportunidades y desafíos para empresas y gobiernos

Por: DA. Javier Rueda Castrillón
Analista económico en diferentes medios; autor de artículos sobre política y economía
jruedac@me.com

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Arthur C. Clarke, el visionario escritor y científico británico que nos dejó obras maestras como 2001: Una Odisea del Espacio, entendió la esencia humana de querer explorar lo desconocido. Su famosa frase, "donde quiera que haya algo extraño, algo bello o nuevo, la gente querrá verlo," resuena ahora más que nunca; el turismo espacial es una realidad a la que cualquiera con el deseo y los recursos puede acceder, vivir la emoción del despegue o poder flotar en el espacio ha migrado de la gran pantalla a ser tangible en cuestión de gusto y bolsillo.

Viajar a más de 100 kilómetros de altura de la Tierra y rebasar la frontera del espacio, ya no es sólo un sueño reservado para astronautas y científicos, aquellos interesados en vivir la experiencia tienen en sus manos la posibilidad de materializar sus deseos. Trajes de astronauta, pruebas físicas y variedad de protocolos para formalizar un viaje que, al más puro estilo “Julio Verne”, hacen ver aquel alunizaje como una experiencia mucho más cercana y posible.

El futuro es ahora, los avances tecnológicos de los últimos años convierten a C-3PO en un personaje obsoleto, el viaje Interestellar de Matthew McConaughey tiene un precio para todos los que pueden pagar la fantasía de ver la Tierra desde más allá de la termosfera. El turismo espacial abre mercados con un potencial astronómico, empresas como SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic presumen experiencias únicas en las que buscan reducir costos para llegar a un público más amplio.

La conquista del espacio no se ha limitado a la esfera turística, el ser humano está dando pasos gigantes hacia la colonización de otros mundos explorando la posibilidad de establecer bases en la Luna y Marte. Explorar la minería espacial y fomentar la investigación científica con la creación de una nueva frontera para la humanidad obliga a la colaboración y las propuestas globales e innovadoras que estimulan a un ritmo veloz caminos favorables para un turismo de élite.

Entre sueños y nostalgia, es imposible no referir al pasado y rememorar la fortaleza económica vivida en una guerra fría entre Estados Unidos y la URSS, tiempos en los que aquellas aspiraciones de conquista daban ese glamour galáctico en el que hoy millonarios excéntricos comparten su potencial económico.

El norteamericano Dennis Tito abrió la caja de Pandora pagando más de 20 millones de dólares para conocer la Estación Espacial Internacional (EEI). A pesar de las objeciones y críticas de la NASA, Tito hizo historia al ingresar a la EEI el 30 de abril de 2001, demostrando que el dinero puede llegar muy lejos, tanto como para ver la hermosa curva de la Tierra y compararla con una canica llena de contrastes.

Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson están decididos a ser los pioneros de este sueño, desde sus cuentas bancarias apuestan por una evolución espacial compartida, con vehículos capaces de materializar el anhelo y con el valor intrépido que representa jugarse la vida a favor de la experiencia. Cuestiones éticas y de responsabilidad, como la protección del espacio ultraterrestre, el impacto ambiental de las emisiones de gases de efecto invernadero durante los lanzamientos de cohetes o la falta de normativas adecuadas para supervisar y controlar la industria del turismo espacial, son áreas de oportunidad que dejan clara la enorme novedad con la que se aborda el tema, una forma única de conquistar más allá de la Tierra y que emula, como debe ser, el espíritu de aventura que nunca perderá el hombre.

Hasta el infinito y más allá, desafiar los límites de lo imposible con boleto de ida y vuelta, una gravedad entendida para los que aún, a pesar de los logros, siguen viéndolo como un hermoso sueño fuera de toda realidad. "Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos es un océano", las leyes y las teorías que Newton desarrolló para comprender el espacio no son suficientes, todavía existen vastas áreas del universo y conceptos por descubrir. Empieza la cuenta regresiva, 10, 9, 8 …