Después de superar el pico más alto de la pandemia, se ha visto todo tipo de cambios en la vida social, política y en los sectores económicos, incluido el sector inmobiliario, que también se ha impulsado debido a estas transformaciones que obligaron a muchas inmobiliarias a “renovarse o morir”.
1) Nuevas características de las oficinas: Cada vez más trabajadores han tenido que regresar a la oficina este año, por lo que los empresarios y dueños de empresas han optado por oficinas con buena ventilación y amplios espacios para poder resguardar la seguridad sanitaria de sus empleados.
También, las áreas de coworking y los estudios dentro de las propiedades han ganado gran popularidad; éstas son tendencias que han llegado para quedarse gracias al trabajo remoto. Hay muchos trabajos en los que se ha logrado equilibrar la modalidad híbrida, y por eso, cada vez existen más espacios que permiten esta flexibilidad.
2) Inmuebles con amenidades: El trabajo a distancia provocó nuevas necesidades en los compradores de casas, como viviendas con espacios abiertos propios o compartidos, departamentos con terraza o balcón, y complejos inmobiliarios en donde se puedan practicar actividades físicas, y salir a pasear con mascotas.
De acuerdo con un estudio de Real Estate Market, algunas de las amenidades más comunes actualmente son: gimnasios, alberca, salón para yoga, cafetería, ludoteca, área de juegos, área de mascotas, salón de eventos, cuarto de electrodomésticos y bici parking.
3) Buscar casa en internet: Las generaciones jóvenes buscan propiedades en medios digitales y redes sociales, consultan reseñas, opiniones y se informan de lo que el mercado y las inmobiliarias están ofreciendo, a fin de elegir una opción que ofrezca confianza y tenga comentarios positivos de su vendedor.
La tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable para los bienes raíces. Las grandes inmobiliarias se han adaptado a la demanda generacional, apostando por plataformas que permiten dar a conocer sus servicios por internet, haciéndose más accesibles y en cuanto a trámites y trato al cliente.
4) Remodelación de inmuebles: Tras la pandemia, tanto el sector comercial como el de vivienda están apostando por las remodelaciones. Esto se debe a que los centros comerciales y las viviendas han tenido que adaptarse a la nueva normalidad, por lo que han remodelado sus espacios por la crisis sanitaria.
Esta es una de las razones por las que Fovissste creó el crédito de remodelación Renova, disponible a partir de 2022, que ofrece un cofinanciamiento con las entidades bancarias para cambiar mobiliario, hacer reparaciones y cualquier mejora que implique la modificación estructural de la vivienda.
Resultados de la última Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señala que de las viviendas propias, 58.5% tiene la necesidad de realizar algún arreglo o remodelación y 58.1% requiere hacer una construcción o ampliación de espacios.
5) Usos alternativos de naves industriales: Otra tendencia que llegó para quedarse es el uso alternativo de las naves industriales; desde centros de trabajo colectivo para trabajadores independientes, hasta su remodelación para convertirse en casas y sitios de exposición de arte, las naves industriales han evolucionado junto con las necesidades de sus usuarios, por lo que seguramente veremos más usos alternativos debido a la tecnología modular que permite que cada nave se adecúe a las necesidades de cada cliente.
Como todo en la vida son cambios, el sector inmobiliario no podía ser la excepción. Las nuevas condiciones de vida, junto al contexto económico y social, han traído cambios muy relevantes a la industria de la construcción, y seguirán llegando, ante lo que debemos estar preparados para evitar nuevas crisis, y por el contrario, logremos favorecer el desarrollo del sector a mediano y largo plazo.