
El capitalismo consciente surge en 2017 como una perspectiva crítica que hace frente a los variados conflictos globales que afectan la dinámica cotidiana de la humanidad, como la sobreexplotación de los recursos naturales, la desigualdad económico-social y el cambio climático. Esta filosofía de hacer negocios, propuesta por Raj Sisodia y John Mackey, es concebida como una alternativa que promete fomentar un mayor nivel de consciencia en el mundo del comercio, donde la clave radica en enfocarse al bienestar financiero de cualquier organización, priorizando la integración de todos los involucrados, desde los ejecutivos a los empleados y de los proveedores hasta los consumidores; así como de las organizaciones a los mercados, y de ahí al resto de los ecosistemas.
Para el capitalismo consciente una transformación radical que se desborde hacia la regeneración de los ecosistemas naturales y el fortalecimiento del tejido social solamente es posible mediante empresas que comprenden su propia supervivencia, articulada a la del planeta y sus habitantes. Estas organizaciones, por ejemplo, están implementando modelos de negocio regenerativos, que registran y reducen su huella de carbono, eliminan residuos, adoptan energías renovables y priorizan la economía circular, por mencionar sólo algunas medidas importantes en materia de medioambiente. La incorporación de más actores sociales a este movimiento requiere una comprensión profunda de que no se trata de una moda de responsabilidad social o ética para la imagen corporativa, sino de una urgencia para sobrevivir a las crisis actuales y las que están por venir.
Como ya se mencionó, otro de los puntos clave de esta propuesta radica en el retorno al factor humano, asumiendo que a partir de ahí la riqueza y el bienestar son un complejo gradiente de, por lo menos, factores sociales, intelectuales, emocionales, culturales, físicos y ecológicos. Los negocios que se cobijan bajo esta modalidad han demostrado altos índices en lealtad de su personal, menor rotación, mayor compromiso con los objetivos y metas comerciales; todo ello como resultado de un sentido de pertenencia con una empresa que va más allá de generar recursos y utilidades; promoviendo así, paradójicamente, mayores índices de rentabilidad. En ese sentido, colocando al centro el factor social, las empresas pioneras en estas estrategias están demostrando que otros estándares y marcos de referencia son posibles sólo de manera colectiva y jamás de forma aislada.
Cinco puntos clave para comprender cómo el capitalismo consciente puede salvarnos de la dinámica actual del mundo:
El capitalismo consciente, aunque idealista en muchos aspectos, representa una esperanza para transformar un sistema económico que nos tiene al filo del colapso. La revolución necesaria en la forma de hacer negocios reconoce que sin supervivencia planetaria no habrá supervivencia empresarial. El reto más grande es, sobre el tiempo, convencer a cada actor social de su papel crucial en este movimiento de salvación colectiva, donde cada quien depende del otro.