Tratándose de geografía he de confesar que nunca fui muy destacado. No me mal interpreten, no era malo, pero tampoco era un tema de mi interés. Antes de redactar este artículo, creía con certeza poder responder correctamente los más básicos puntos de cultura general como cuántos países tiene el mundo, los años que tiene la tierra, las eras prehistóricas, la historia de la Pangea, todos estos hubiesen sido cuestionamientos sencillos.
Ahora, si les pidiera a ustedes que se tomaran un momento para pensar cuántos continentes existen en realidad ¿podrían ustedes acertar? Todos conocemos América, Antártida, África, Asia, Europa y Oceanía, pero parece bastante necesario presentarles uno descubierto recientemente y que, definitivamente, merece ser discutido. El llamado “séptimo continente”, que es una masa amorfa de basura con dimensiones descomunales flotando sin rumbo en el océano pacífico, el cuál fue, por descuido, nuestra contribución al planeta.
Esta aglomeración de deshechos, de acuerdo con el Centro Nacional de Estudios Espaciales Francés (CNES), cuenta con un área aproximada de 3.4 millones de km2 (casi 40% del tamaño de Oceanía), en la cual se estima tener más de 80 toneladas de plástico. Por si fuera poco, el crecimiento de este fenómeno se presenta de manera exponencial, convirtiéndose así en una amenaza latente para los ecosistemas que le rodean.
Anualmente se considera un arribo de más de 8 millones de toneladas de plástico al mar (aproximadamente un camión de basura cada minuto), los cuales al ser arrastrados por la corriente, terminan en bancos contaminantes como este.
Si bien existen programas gubernamentales que toman muy enserio esta clase de situaciones, las medidas no parecen equilibrar el simple balance de material (entrada de contaminantes > salida de contaminantes).
Es aquí donde aparece un increíble personaje; Boyan Slat de tan sólo 21 años quien ha desarrollado una fundación llamada “Ocean Cleanup” la cual tiene como objetivo limpiar la basura del océano. El proyecto consiste en implementar “barreras flotantes” ancladas al fondo del mar, así como barcos con redes de captura, entre otras innovaciones. Este ambicioso programa contempla recolectar en tres semanas la cantidad de basura que se ha recolectado en 40 años. Actualmente se encuentra aún en fase de cuantificación y determinación de la magnitud del problema, estimando de esta manera su arranque en el año 2022.
En México existen medidas para combatir daños al medio ambiente marino y costero, como el “Programa Permanente de Protección Ecológica a Estados Costeros” (PPPEEC) el cual tiene como objetivo prevenir y controlar la contaminación de esos ecosistemas, mediante labores destinados a minimizar los efectos adversos de la actividad humana sobre el medio ambiente del mar. Entre sus funciones se encuentran la recolección de desechos en playas, bahías y recintos portuarios; así como campañas de concientización ecológica, enfocadas a estudiantes, pescadores, prestadores de servicios turísticos y al público en general, esto con el fin de hacer conciencia sobre el impacto del cambio climático, preservación de ecosistemas y contaminación.
De nuestra parte podemos contribuir de la manera más sencilla: desde la reducción de uso de plásticos como bolsas de supermercado, popotes o botellas, así como el reciclado de basura, el cuidado del agua, además de promover la concientización del cuidado del medio ambiente.
Con todo el optimismo del mundo, no nos queda más que aportar lo que tenemos a nuestro alcance y esperar al desenlace de este fenómeno de contaminación.
Referencias bibliográficas: