Hace ya varios años que ha tomado mayor fuerza la preocupación de vincular lo que se reflexiona en la academia con lo que preocupa al ciudadano común, de esas intenciones han surgido diversas iniciativas y estrategias que han alcanzado resultados interesantes. Como efecto de diversas influencias teóricas y prácticas que configuraron su pensamiento, a mediados de los años noventa, los sociólogos Henry Etzkowitz y Loet Leydesdorff propusieron un modelo de innovación denominado Triple Hélice cuya finalidad fue la de impactar positiva y trascendentalmente desde los marcos académicos, políticos y económicos hacia lo social.
La metáfora de las hélices alude a la estructura del ADN que se representa como una doble hélice que se mantiene en una constante interacción dinámica, como si se tratara de espirales concatenadas, en este caso son tres componentes que se enlazan e intercalan para coincidir en zonas de intersección donde se espera que se desarrollen procesos de innovación.
Ya en términos operativos, las hélices hacen referencia a las universidades (academia), los gobiernos (sector público) y las industrias (sector privado), trabajando de manera conjunta para desarrollar proyectos y programas que generen nuevos saberes, productos y servicios en una economía basada tanto en el conocimiento como en la resolución de problemas prácticos.
La forma en que se concibe hoy la realidad, desde una perspectiva socialmente responsable, ha impulsado otros modelos, por ejemplo, la Cuádruple Hélice que incluye a la sociedad civil, ya que desde ahí surgen las necesidades que se pretenden satisfacer y parecía que no se había tomado en cuenta. De igual forma, una conciencia del impacto del desarrollo del ser humano en su contexto ecológico motivó la propuesta de la Quíntuple Hélice que incorpora al medioambiente.
En este sentido se puede considerar que la Triple Hélice, que interseca a la academia, al sector público y al privado, tiene su prioridad en la innovación tecnológica y el crecimiento económico; la Cuádruple al incluir a la sociedad civil se enfoca en la innovación social y la participación ciudadana; y la Quíntuple se orienta a la sostenibilidad y el impacto ambiental en los procesos de innovación.
Ahora bien, no se debe pasar por alto que la dinámica de las acciones y el efecto, en cualquiera de estos modelos, depende de quién los impulse, ya que las intenciones, los recursos, los motivadores e incluso los alcances no son iguales en una universidad que en una asociación civil o una dependencia de gobierno, lo mismo en una empresa o una organización del tercer sector. Aun así, los resultados han abonado más a lo positivo que a lo negativo; los parques científicos y tecnológicos, las incubadoras de empresas universitarias, las oficinas de transferencia tecnológica, los laboratorios ciudadanos, los programas de innovación social y participativa, las plataformas de innovación abierta, la economía circular y otros proyectos de desarrollo sostenible y ecológico son ejemplos de lo logrado.
Cinco puntos clave para comprender e involucrarse en las hélices múltiples:
Actualmente se reflexiona sobre una posible séxtuple hélice que incluya una dimensión cultural o artística, o al fenómeno de la globalización, o la cooperación internacional o las tecnologías emergentes, como casos aislados, pero por ahora son sólo posibilidades.