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El acuerdo de París, ¿estamos aún a tiempo?

Por: ME. Alejandra Haro Mejía
Química analista, emprendedora y fundadora de inspanish.net
@aleHaMe

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Ya casi son 6 años en que se dio una muestra de unidad entre naciones a través del Acuerdo de París, hasta ahora son casi 200 países los que han acordado una cooperación internacional para abordar la crisis climática. Con este acuerdo se busca reducir el aumento de temperatura del planeta a menos de 1.5 °C, limitando las emisiones de gases de efecto invernadero. Cada uno de los participantes estableció sus propias metas y compromisos de modo voluntario y se convino evaluar la implementación del acuerdo cada 5 años.

Sin embargo, se estima que los compromisos que las naciones hicieron son insuficientes, debido a que sus objetivos de reducción de emisiones y acción se encuentran muy por debajo de lo marcado por la ciencia. Estudios indican que incluso 1.5° C de calentamiento global conlleva grandes consecuencias en países en desarrollo, que no cuentan con recursos, soporte e infraestructura para enfrentar catástrofes climáticas y que poca responsabilidad tienen por esta crisis.

En el tratado se eludió uno de los principales contribuyentes al cambio climático: los combustibles fósiles, los cuales representan el 75% de las emisiones mundiales de efecto invernadero. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente informa que, si se desea limitar el calentamiento global a 1.5 °C, se debe reducir la producción mundial de combustibles fósiles un 6% anual durante la próxima década.

Y aunque muchos países (incluyendo México) expresaron la intención de hacer lo necesario para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, al mismo tiempo proyectan aumentar su producción de carbón, petróleo y/o gas; lo cual resulta inconsecuente.

En México, el Gobierno de López Obrador apuesta por la industria petrolera y parece tener una actitud en la que el medio ambiente no es prioridad, poniendo en riesgo el compromiso de conseguir el 22% de reducción de emisiones de carbono para el 2030. Además de esto, México acordó generar 35% de su energía de fuentes limpias para 2024 y 43% para 2030; así como alcanzar una tasa cero de deforestación en 2030.

La pandemia por COVID-19 ocasionó una caída a corto plazo en la producción mundial de combustibles fósiles, no obstante, con el afán por reactivar sus economías, los gobiernos están invirtiendo en sectores con alto contenido de carbono, relajando los esfuerzos para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Abordar la emergencia climática en conjunto con la actual contingencia sanitaria y sus impactos a la economía es un reto, por ende, es evidente que los planes de recuperación pos-COVID deben integrar la acción climática.

El panorama frente al Acuerdo de París no es optimista, son pocos los países que están cumpliendo con este (Canadá y Japón destacan entre ellos), pues al tratarse de un acuerdo de carácter voluntario, ningún país se ve obligado al cumplimento de sus metas y se continúa priorizando a la industria, y su impacto en la economía, en lugar de la reducción de las emisiones.

Es imprescindible crear objetivos claros y traducirlos a leyes medioambientales, generar políticas concretas que garanticen la reducción de subsidios y otras formas de apoyo existentes para los combustibles fósiles; asimismo, establecer una inversión internacional que apoye a países altamente dependientes a la extracción de dichos combustibles. Tal como lo ha mencionado la vicepresidenta Kamala Harris, es necesario un acuerdo internacional para gestionar el declive de la producción de carbón, petróleo y gas.

Estudios demuestran que la inversión en energías renovables y eficiencia energética produce tres veces más empleos que una inversión equivalente en el sector de combustibles fósiles. Hoy en día se tienen a disposición rutas, ciencia y tecnología para hacer una transición a energías renovables y crear un impacto significativo en la reducción de emisiones globales. Lo que ahora es indispensable son legislaciones para dejar atrás los combustibles fósiles, voluntad política y cooperación internacional.

En noviembre de este año se celebrará La Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) en Reino Unido, se espera que los países reaccionen frente a la crisis ambiental y planteen contribuciones más ambiciosas para mitigar el cambio climático.