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El cáncer: emperador de todos los males

Por: MSP. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba
Médica egresada de la UASLP; maestra en Salud Pública por la Escuela de Salud Pública de México, del INSP
@Ma_joshyta

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El arte de la medicina es largo, nos dice Hipócrates, “y la vida es corta; la oportunidad, fugaz; el experimento, peligroso y el juicio, imperfecto" (Siddhartha Mukherjee).

Ganador del permio Pulitzer en 2011, El emperador de todos los males: una biografía del cáncer, libro escrito por el médico especialista en oncología Siddhartha Mukherjee, estadounidense nacido en Nueva Delhi, busca llevarnos a través de la historia de la humanidad y su relación con el cáncer, a conocer las variaciones de las aproximaciones para combatirlo desde la ciencia e incluso desde los movimientos sociales.

Del griego καρκίνος, se denomina cáncer a un amplio grupo de enfermedades caracterizadas por la proliferación rápida y descontrolada de células anormales que se origina en un tejido u órgano y se puede extender más allá de sus límites, pudiendo invadir otras partes del cuerpo, un proceso llamado “metástasis”.

Reconocido como un problema de salud pública, según información de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer ocasionó en el mundo casi 10 millones de defunciones en 2020, principalmente por cáncer de pulmón, con 1.8 millones de defunciones; seguido del colorrectal, hepático, gástrico y de mama. Para el mismo año el más frecuente fue del de mama, con 2.26 millones de casos, seguido del pulmonar, colorrectal, de próstata, piel y gástrico.

La carcinogenia es el proceso por el que, a través de la mutación de los genes, las células se vuelven cancerosas y crecen de forma descontrolada, acumulándose en masas que identificamos como tumores. Esto ocurre como resultado de la interacción de factores genéticos, biológicos (virus, bacterias y parásitos), físicos (radiación ultravioleta y ionizante) o químicos (arsénico, asbesto y benceno, entre otros).

Hay factores protectores y de riesgo. De los principales factores de riesgo que se conocen encabeza la lista el tabaco, la edad (se ha estimado que la media de un diagnóstico de cáncer es a los 66 años), gérmenes (virus de Epstein-Barr, virus de la hepatitis B y C, virus de la inmunodeficiencia humana y virus del papiloma humano [VPH]), la obesidad e inflamación crónica, la luz solar, la dieta (baja en antioxidantes y rica en edulcorantes y nitrosaminas), algunas hormonas y medicamentos inmunosupresores, radiación y cierta exposición ambiental.

En la ecuación de probabilidad de desarrollar cáncer no podemos reducir a cero los factores de riesgo, pero si disminuirlos, tomando en cuenta que la prevención debe comenzar desde la infancia. Y si bien a la fecha existe la quimioprevención a través del uso de sustancias (naturales o sintéticas) que ayudan a mitigar el riesgo, no hay para todos los tipos de cáncer ni son de fácil acceso. No obstante, hay otros métodos, como aquellos enfocados a la detección temprana.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos establecen 3 grandes acciones:

  • Decisiones saludables: acudir de forma regular al médico, mantener un peso adecuado, hacer actividad física, evitar fumar y beber alcohol, y cuidar la exposición al sol. Tener una alimentación saludable con alimentos ricos en nutrientes (verduras, legumbres, frutas y granos integrales); limitando la ingesta de carnes rojas, bebidas endulzadas y productos altamente procesados o de granos refinados.
  • Vacunación: se recomienda aplicar la vacuna del virus del papiloma humano a población de 11 a 12 años para la prevención de cáncer de cuello de útero, vagina y vulva. También se aconseja contar con esquema completo de vacuna de hepatitis B para reducir el riesgo de cáncer de hígado.
  • Pruebas de detección: para el cáncer de mama, se recomienda la autoexploración a partir de los 20 años, examen clínico a partir de los 25 años y mastografía de tamizaje en mujeres de 40 a 69 años, cada 2 años. Referente al cáncer de útero, existe prueba de citología cervical (Papanicolaou) para mujeres de 25 a 64 años y la prueba para detección del VPH. Para hombres, el análisis de antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) a partir de los 50 años. Asimismo, para la detección de cáncer colorrectal y de pulmón se cuenta con una serie de pruebas, previa evaluación e indicación médica, sobre todo en personas con antecedentes y factores de riesgo.

Como hemos visto, el cáncer es el resultado de la interacción de nuestros genes, el medio ambiente y el estilo de vida, empero pese a que en muchas ocasiones difícilmente logramos cambiar los dos primeros, podemos tomar decisiones informadas, pues, de acuerdo con el Chicago Tribune, “la idea de la medicina preventiva es, en primer lugar, reconocer que el enemigo somos nosotros”.