"Como la luna y como la tierra, yo también soy cíclica".
Eliane Mancera
La menstruación es una fase natural del ciclo menstrual, proceso hormonal en mujeres en donde se tiene una pérdida de sangre a través de la vagina debido a la descamación del endometrio (capa de células que recubre la parte interna del útero que, en condiciones regulares, de forma mensual se engrosa para nutrir al embrión en caso de una posible fecundación, es decir, un embarazo).
Por lo general, se espera que una mujer, entre la pubertad y la menopausia, presente ciclos menstruales regulares que oscilan entre 21 y 45 días, en promedio 28 días, de ahí que en ocasiones se denomine “regla” o “ciclo de la luna”, entre otros múltiples eufemismos debido al tabú que desde tiempos antiguos se tiene de la menstruación, la cual no fue entendida como un proceso natural fisiológico hasta el siglo XIX. Y es que, desde la antigüedad, ha sido considerada como una situación de vergüenza, superstición e incluso impureza por algunas religiones, estigmatizándola como algo negativo y que debería ocultarse, perdurando incluso estas percepciones y concepciones hasta nuestros días.
Desafortunadamente, considerar la menstruación como un tema restringido a un ámbito personal perpetua riesgos en la salud física y mental en las mujeres, que tienen un impacto social y económico, los cuales no se vislumbran por el estigma. Algunos ejemplos de ello son la falta de políticas públicas en higiene menstrual que atentan contra la dignidad de las mujeres al no contar con servicios básicos de saneamiento como agua potable, drenaje o insumos de higiene personal; las oportunidades perdidas por el ausentismo y la falta de permisos escolares y/o laborales por dismenorrea (menstruación dolorosa); el abuso de niñas y adolescentes por considerar que están aptas para un embarazo y, por ende, para el matrimonio y en riesgo de abuso sexual; y, en casos extremos, hasta relegación o maltrato por considerar a las mujeres impuras, sucias o inmorales.
Es una realidad que esta problemática no es exclusiva de países en vías de desarrollo y por ello proponen el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) “poner fin a la vergüenza”, a través del empoderamiento de las mujeres para hablar sobre sus derechos humanos, su dignidad y, en este caso, sus necesidades en salud. Algunas de las propuestas de acción para el ámbito político, laboral y social son:
https://www.unfpa.org/es/menstruaci%c3%b3n-preguntas-frecuentes
De forma individual también podemos tomar cartas en el asunto como: