INICIO | BITÁCORA FISCAL
BITÁCORA FISCAL

Impuesto rosa

Por: MDF. María Fernanda Haro Mejía
Abogada fiscalista

Share This:

El impuesto rosa es el costo adicional aplicado a productos y servicios para mujeres cuando son iguales a los destinados a los hombres y dicha diferencia de precio no posee algún valor agregado sustancial. En consecuencia, tal sobrecosto es injusto y resulta ser un problema de género que perjudica a las mujeres, afectándolas de manera socioeconómica al pagar una mayor cantidad de dinero por adquirir un artículo o servicio ordinario, por el simple hecho de ser mujer.

De esta manera, de acuerdo a datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), las mujeres terminan pagando en promedio hasta un 17.22% más que los hombres, por lo que la tasa rosa no sólo va de la mano con la brecha salarial, sino que la agrava, pues, aunque las retribuciones salariales de las mujeres son, en promedio, menores a las de los hombres, también el sexo femenino debe pagar un importe adicional por determinados servicios y productos.

Según el blog de la Profeco, de acuerdo con el estudio del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP), las mujeres representan aproximadamente el 70% de las decisiones de compra a escala mundial. Así, al ser los miembros mayormente activos en el mercado las convierte en un objetivo perfecto en las estrategias de consumo.

El impuesto rosa va más allá de los objetos de higiene y cuidado personal, rastrillos, cepillos de dientes, desodorantes y perfumería, también se encuentra en el precio de las consultas médicas en los hospitales, los juguetes, la ropa, los útiles escolares, los productos financieros como seguros, medicamentos y aranceles de importación.

Los motivos por los que existe el citado sobrecosto de género pueden ser varios, algunos son meramente intencionales, otros debido a los costos de producción, ya que se invierte más dinero en la publicidad, el empaque, el diseño y la apariencia de los productos dirigidos a mujeres.

Las aseguradoras señalan que el aumento en el costo de algunos seguros que obtienen las féminas es en razón al supuesto de que una mujer suele ser longeva y es propensa a padecer otras enfermedades.

Por otra parte, cabe destacar que la tasa rosa, además de afectar directa y desproporcionalmente a las mujeres, fomenta los estereotipos de género al diferenciar los productos con el color rosa, diseño de flores o moños, basados en la creencia de que encaja mejor con la personalidad o estilo de vida de una mujer.

ACCIONES PARA COMBATIR EL IMPUESTO ROSA

+ No comprar los productos de color rosa o versiones femeninas, y adquirir la versión genérica o masculina, accediendo al mismo producto por menor precio; sin embargo, hay bienes y servicios que no pueden ser remplazados.

+ Por medio de una concientización propia de la situación, efectuando compras racionales, comparando precios, marcas y productos.

+ Comprar en oferta o al mayoreo, para que el impacto de la tasa rosa se reduzca.

+ Adquirir artículos neutros, que no estén enfocados directamente hacia los estereotipos de niño o niña, hombre o mujer.

+ La elección de más mujeres para cargos políticos, debido a que con una mayor representación se puede tener un impacto directo sustancial en las políticas discriminatorias.

 

CONCLUSIÓN:

Es importante que realmente se haga algo para evitar este tipo de acciones, pues, a lo largo de la vida de una mujer, la tasa rosa asciende a miles de pesos y a pesar de que, al ser un problema histórico, diversas instituciones u organismos han estudiado el tema, en México la Condusef, los Diputados y Senadores del Congreso de la Unión poco han hecho para ponerle fin a este sobrecosto de género, y el impuesto rosa sigue existiendo de manera legal en la mayoría de las veces por conveniencia económica de ciertas empresas.