Precios exagerados en venta y renta de viviendas, aumentos de costos y servicios, entre otros “lujos” impuestos son producto de la gentrificación; este fenómeno ocurre cuando distintos sectores de la población con mayor capacidad económica ocupan gradualmente espacios urbanos, lo que resulta en el despojo o desplazamiento de la población originaria.
Algunas de las características de estos espacios son principalmente ubicación, infraestructura, áreas verdes, sitios que presentan distintos atractivos culturales, naturales y económicos, como en los Pueblos Mágicos, lo que atrae la inversión sobre todo de extranjeros y capital inmobiliario y, por consecuencia, resulta en un proceso de reestructuración social en el lugar gentrificado.
Derivado de que los territorios que se renuevan y reconstruyen –barrios y lugares con usos tradicionales y/o populares– se ven forzados a modificarse, el entorno urbano con viviendas económicas es sustituido por inversiones inmobiliarias, adquiriendo estos lugares mayor plusvalía y, por tanto, aumentos en los servicios de la zona, convirtiéndolo en proceso meramente comercial siendo atractivo sólo para grupos socialmente mejor posicionados económicamente.
En México, actualmente lugares como Xochimilco, Xoco, la colonia Condesa y la Roma en la Ciudad de México; Puerto Vallarta, Jalisco; Mazatlán, Sinaloa; San Miguel de Allende y Mineral de Pozos, en Guanajuato; Sayulita, Nayarit; Mérida, Yucatán; Tulum y Playa del Carmen, en Quintana Roo, entre otros, están sufriendo las consecuencias de este fenómeno socioeconómico.
Estos lugares parecen ser un territorio totalmente ajeno a México, ya que incluso el idioma español se usa poco y la moneda que principalmente se emplea es el dólar, siendo la mayoría de habitantes extranjeros y, por ende, vivienda, restaurantes, comercio, servicios, entre otras actividades, son sumamente costosos para el mexicano promedio, de esta manera las políticas sociales se desvirtúan al no regular su función que es, entre otras, dotar de un techo y seguridad a los mexicanos, ya que con el apoyo de aplicaciones como Airbnb se ha vuelto especulativa toda la situación de las viviendas en estos lugares.
Las causas de la gentrificación en el país son principalmente el incremento en los precios de los terrenos y las viviendas y, por supuesto, la falta de regulación y control en el mercado inmobiliario, ya que esto es aprovechado por los desarrolladores y constructores a fin de efectuar sus proyectos sin que se evalúe el impacto urbano, social y económico en el lugar.
Pero ¿cuáles son los efectos o consecuencias que tiene la gentrificación? 1. La pérdida de la vivienda de la mayoría de los residentes originales, al no poder sostener su estadía frente al aumento de los precios de residencia y servicios; 2. sustitución de comercios tradicionales por tiendas y restaurantes de lujo; 3. transformación del mercado laboral de empleos tradicionales a servicios; 4. pérdida de identidad y sentido de pertenencia; 5. reducción de espacios de encuentro y convivencia entre los habitantes; 6. genera recursos para un sector promedio; 7. tensiones entre los vecinos que llegan y los que se mantienen debido a que comparten espacios, pero no modos de vida.
De tal forma, la gentrificación es un fenómeno complicado que tiene un impacto significativo en el modo actual de desarrollo y vida de los mexicanos, ya que si bien es cierto que genera beneficios, también afecta en el ámbito social de los locatarios originales y, de igual forma, el acceso a la vivienda y la conservación de tradiciones y cultura, por lo que es sumamente importante que el gobierno regularice y cree políticas de vivienda equilibradas a fin de promover el desarrollo urbano sostenible e inclusivo.