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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Máquinas al borde de la inteligencia humana

Por: LI. José Eduardo Carrillo Castillo
Gerente de sistemas e informática STRATEGA Consultores
eduardo.carrillo@strategamagazine.com

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La inteligencia artificial (IA) ha experimentado avances sin precedentes en los últimos años. Sistemas de IA han demostrado ser capaces de realizar tareas que antes se creían exclusivas de los humanos, como vencer a los mejores jugadores de ajedrez del mundo, crear arte visual realista y tener conversaciones fluidas. Esto ha llevado a muchos expertos a preguntarse si estamos cerca de desarrollar una "inteligencia artificial general" (IAG), máquinas tan inteligentes y versátiles como los humanos.

La IAG es un concepto ampliamente debatido. Implica la creación de sistemas de IA capaces de realizar cualquier tarea intelectual tan bien o mejor que los humanos. En contraste con la actual, que está diseñada para realizar tareas específicas, la IAG tendría la capacidad de aprender por sí misma, razonar, planificar y ser creativa para enfrentar problemas nuevos en cualquier tema. Básicamente, equivaldría a una réplica artificial de la inteligencia humana.

Algunos líderes tecnológicos como Elon Musk y el fallecido Stephen Hawking han advertido sobre los peligros potenciales de desarrollar una IAG. Argumentan que podría salirse de control y tener consecuencias catastróficas. Sin embargo, muchos especialistas creen que estos temores son exagerados y que, en realidad, estamos muy lejos de desarrollar sistemas que se acerquen a la inteligencia general humana.

Andrew Ng, fundador de Google Brain y líder en IA, argumenta que la IAG es un "distractor inútil" porque ignora el progreso tangible que está logrando la IA actual en áreas específicas. Apunta que los sistemas de IA siguen teniendo grandes limitaciones en áreas que son intuitivas para los humanos, como el razonamiento común, el aprendizaje rápido con poca información y la transferencia de conocimientos entre dominios. Superar estas brechas requerirá avances científicos fundamentales.

La mayoría de los investigadores coinciden en que las técnicas de IA actuales por sí solas no son suficientes para alcanzar la IAG. Se necesitarían nuevos paradigmas que permitan crear sistemas que piensen y razonen más como humanos. Algunas áreas prometedoras son las redes neuronales que emulan la estructura del cerebro humano, la computación neuromórfica y el aprendizaje por refuerzo. Pero transformar estos enfoques en una IAG parece estar a varias décadas de distancia.

Por otro lado, no podemos perder de vista el despido del fundador y creador del famoso ChatGPT, San Altman, aunque hasta el día de hoy se desconocen las razones, la junta directiva de la empresa decidió prescindir de él y recontratarlo a los pocos días; son varias las fuentes que aseguran que Altman ha logrado crear una IAG que llevaba por nombre “Proyecto Q”, pero todo indica que no lo reportó y esto incomodó de muchas maneras a dicha junta.

La IA aplicada en áreas específicas seguirá beneficiando cada vez a más sectores de la economía y la sociedad. Pero en cuanto a máquinas tan versátiles e inteligentes como los humanos, es probable que tardemos bastante tiempo en ver una IAG, si es que alguna vez se logra.

Mantener expectativas realistas sobre el progreso de la IA es importante para guiar la investigación hacia objetivos valiosos y mitigar riesgos potenciales. La clave está en encontrar un balance entre la ambición y la precaución.