Las vacunas, se definen como “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”. Su historia no es reciente, existe evidencia de que fueron utilizadas desde el siglo X en la cultura China, no obstante, fue hasta el trabajo realizado por el médico inglés Edward Jenner, quien desarrolla la primera vacuna, inoculando suero de las vesículas que producía la viruela en las vacas a un niño de 8 años y demostrando que, gracias a ello, este no desarrollaba la enfermedad; de ahí que naciera el término de vacunas y vacunación a dicho procedimiento.
Muerte, ceguera y cicatrices desfigurantes, eran los efectos que la viruela producía en las personas. Con la llegada de los españoles, esta enfermedad es traída a América en donde se estima que, en 1520, ocasionó alrededor de 8 millones de muertes, tan solo en México. Cinco años después del descubrimiento de Jenner, el médico español Francisco Xavier Balmis encabezó la primera expedición cruzada en América para erradicar la viruela, iniciando la historia de la vacunación en México en 1804. Como dato curioso, el último caso de viruela en México se reportó en una niña del municipio de Tierra Nueva en San Luis Potosí.
La historia de la vacunación a nivel internacional, como en México, es muy basta, y no quiero dejar de resaltar a nuestro país, posicionado hoy día como uno de los países líderes en sistemas de vacunación. Las vacunas, han sido de las grandes estrategias que han influido para la disminución de la mortalidad, cada año se evitan de 2 a 3 millones de muertes y de discapacidad en la población, por enfermedades como poliomielitis, sarampión, rubeola, tuberculosis, hepatitis e influenza, entre otras.
No podemos negar que han sido grandes los beneficios que ha tenido la humanidad gracias a las vacunas, y es una realidad que las vacunas, como cualquier otra sustancia, al entrar al cuerpo va a generar reacciones, que en ocasiones no son las deseadas, pero son un problema mínimo si los comparamos con todos sus beneficios. Este no ha sido suficiente argumento para el hoy llamado movimiento Antivacunas.
Dicho movimiento, se dice que nace en 1998 con la publicación del médico británico Andrew Wakefield, que señala, a la vacuna triple viral (sarampión, rubeola y parotiditis) como causa de autismo en niños; 10 años después de la publicación, tras ser investigado, se ha encontrado evidencia de fraude y faltas éticas en el trabajo de investigación.
Los padres están en todo su derecho de negarse a la vacunación, no obstante, tienen la responsabilidad de procurar la salud de sus hijos y contribuir al bienestar de la comunidad. He aquí algunos principales mitos y realidades de las vacunas:
Termino señalando que cada vez que dudemos de las vacunas, recordemos que “los dos motivos principales para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean”.
Referencias bibliográficas