Cuarenta cosas que nunca debemos hacer:
- Nunca pelees con alguien de bajo nivel que en ese momento tiene el poder de hacerte la vida difícil. Vas a perder.
- Nunca discutas con un pendejo porque bajarás a su nivel y ahí te va a ganar por experiencia.
- Nunca prometas lo que no puedes cumplir porque el tiempo y la realidad terminarán por cobrarte la factura.
- Nunca elijas la opinión de lambiscones sobre la de talentosos. Te sentirás muy bien al tener siempre la razón, pero fracasarás.
- Nunca emitas un voto sólo basado en la emoción. El progreso sostenible rara vez se sustenta en emociones.
- Nunca dejes de cuestionar los supuestos que te llevaron a la cima. En un mundo cambiante, el éxito pasado no asegura el éxito futuro.
- Nunca dejes de tener levantadas tus antenas y de aprender. Es la única vacuna para sobrevivir en la era de la disrupción.
- Nunca grites cuando puedas hablar.
- Nunca te quedes callado cuando tengas algo valioso que decir.
- Nunca esperes que otros hagan lo que tú puedes hacer.
- Nunca tengas una junta sin objetivos claros y donde no participen las personas necesarias para alcanzarlos.
- Nunca temas lo que no conozcas. Respétalo, estúdialo, prepárate y manos a la obra.
- Nunca te aproveches de una persona que está en desventaja (en la política o la vida). Acumulará odio hacia ti y la vida da muchas vueltas.
- Nunca enfrentes un reto al "ahí se va". El/la preparado(a) tiene mejores oportunidades de triunfar.
- Nunca minimices la importancia de la práctica y la disciplina para triunfar sobre el talento natural.
- Nunca memorices lo que no entiendas. Es una buena receta para olvidar rápidamente.
- Nunca te rías de la desgracia de otros. Hay una línea tenue entre la broma y la crueldad.
- Nunca compartas notas que no estés seguro de que sean ciertas. No seas un propagador de fake news.
- Nunca le pongas etiquetas a la gente. Es una excusa fácil del que teme cuestionar sus ideas y debatir.
- Nunca premies un comportamiento negativo. Los incentivos mal aplicados son muy peligrosos en la política, los negocios y la vida.
- Nunca pactes con el diablo (ejemplo: delincuentes). Su palabra no vale y será cuestión de tiempo para que sus llamas te quemen.
- Nunca ofendas a tus amigos y familia. Tus lazos afectivos son más importantes de lo que crees. La soledad mata.
- Nunca gastes más de lo que ingresas. Y si lo haces que sea porque inviertes en algo valioso y duradero.
- Nunca dejes de ejercitarte. Eso de mente sana en cuerpo sano se cultiva a través del tiempo.
- Nunca hables si no sabes. Se va a notar. O peor, la vas a regar.
- Nunca digas que sí a algo que contradiga tus valores.
- Nunca digas que no a algo que te haga crecer.
- Nunca dejes de estudiar a tus competidores, sobre todo a los internacionales. Ahí hay oportunidades y amenazas.
- Nunca dejes de pedir perdón cuando te equivoques.
- Nunca dejes impune al delincuente o al corrupto. Sin castigo no se corrige el problema.
- Nunca te cierres a una buena negociación. A veces es imposible ganar la guerra solo.
- Nunca abandones un barco a la primera señal de tormenta. A veces en el mal clima se aprende a navegar mejor.
- Nunca dejes de imaginar un mejor futuro. Y, sobre todo, nunca dejes de dar pasos para alcanzarlo.
- Nunca subestimes el gran poder del avance gradual a través del tiempo. Sobre todo, cuando eres joven.
- Nunca dejes de buscar mentores de los que puedas aprender. Ah, y si los tienes, atesóralos.
- Nunca olvides visitar y cuidar a tus padres, sobre todo cuando estén viejos.
- Nunca olvides que antes que amigo(a), eres padre/madre de tus hijos(as).
- Nunca dejes que la envidia te guíe.
- Nunca olvides que un buen fracaso (temprano y que deje lecciones) es prerrequisito del éxito.
- Nunca dejes de divertirte. La vida no puede ser sólo lágrimas y tristeza. Busca sonreír todos los días.
Seguro alguna te sirve. ¿Se te ocurre otra? Mándamela y con gusto la compartiré en mis redes. Ah, y que nunca tengas un mal fin de semana, empezando por este que viene.
Posdata. Como dijo The Economist: no entienden que no le entienden. Los gobiernos necesitan a las calificadoras. De hecho, les pagan por sus servicios. Sin una calificación objetiva e independiente, NADIE le prestará un quinto a un gobierno a una paraestatal.
En pocas palabras:
"Nunca te rindas. Hoy es difícil y mañana será peor. Pero pasado mañana saldrá el sol".
Jack Ma, billonario chino