
En las últimas décadas, la comunidad latina ha emergido como una fuerza económica relevante en Estados Unidos y no se diga con la decisión de regresar a un presidente. Los más de 65 millones de hispanos residiendo en el país -que representan más del 19% de la población estadounidense-, generan un impacto notable en diversas industrias, desde el sector del consumo hasta el de los negocios. Su creciente poder adquisitivo es un reflejo no sólo de su integración en el mercado laboral, sino también de la influencia cultural y demográfica que ejercen. Veamos los sectores en donde demuestran su poderío.
En lo que respecta a la capacidad de compra, los hispanos en Estados Unidos desempeñan un papel fundamental. Según un estudio realizado por el Selig Center for Economic Growth, en 2022, la capacidad de compra de la comunidad latina alcanzó los 2.8 billones de dólares, lo que representa un aumento notable en comparación con años anteriores. Este impresionante nivel de gasto la posiciona como la séptima economía a nivel mundial, si se les considerara como una nación independiente. Además, un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles revela que su contribución económica asciende a 2.75 billones de dólares al año. Este panorama se refleja en el aumento de las remesas que se envían a México cada año. Las empresas han llegado a invertir más de 10 mil millones de dólares en publicidad dirigida a este grupo, destacando valores culturales y lingüísticos. Los hogares latinos, que gastan proporcionalmente más en productos y servicios, benefician sectores como alimentos, vehículos y entretenimiento. Ejemplos incluyen campañas culturales de Procter & Gamble, anuncios en español de Toyota y celebraciones del mes de la herencia hispana por parte de Target.
En el sector empresarial, los hispanos han demostrado un dinamismo significativo. Según información del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, existen más de 4.7 millones de negocios de propiedad hispana, que generan alrededor de 800 mil millones de dólares al año. Estas compañías se encuentran en numerosos campos, que van desde la construcción hasta las finanzas, y son esenciales para la generación de empleos, particularmente en comunidades hispanas.
En el ámbito del empleo, los latinos representan una parte significativa de la fuerza laboral en Estados Unidos, constituyendo aproximadamente el 20% del total de trabajadores en 2023, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Su participación es especialmente destacada en industrias como la construcción, donde representan el 30%, y la agricultura, con un 40%, sectores en los que tradicionalmente han tenido una fuerte presencia. Sin embargo, están ganando terreno en áreas de mayor especialización y crecimiento, como la tecnología y los servicios profesionales, lo que refleja una diversificación en las oportunidades para esta comunidad. Este aumento no sólo impulsa el desarrollo económico del país, aportando mano de obra esencial y habilidades técnicas, sino que también evidencia un avance en la capacitación y el acceso a empleos mejor remunerados, que amplían las perspectivas económicas y sociales de los trabajadores latinos.
El poder político latino continúa siendo notable, no sólo por su creciente representación, sino por su influencia en temas de política pública y su capacidad para movilizar cambios electorales significativos en el panorama político estadounidense. Pete Aguilar, de origen mexicano, es uno de los principales líderes de los demócratas en la Cámara de Representantes, actualmente ocupando el puesto de presidente del Caucus Demócrata. Alex Padilla es el primer latino en representar a California en el Senado, un estado con una gran población hispana. Michelle Lujan, gobernadora de Nuevo México, es una de las figuras latinas más prominentes a nivel estatal y defensora de políticas progresistas en salud y educación. En estados como Nevada, Arizona, Texas y Florida, el voto latino ha sido decisivo en elecciones presidenciales y legislativas, tal y como se pudo observar en el regreso del presidente actual.
Por esta razón, a pesar de los obstáculos como la desigualdad salarial y el acceso limitado a educación y servicios financieros, la comunidad hispana en Estados Unidos tiene una influencia económica creciente, con un poder de compra en aumento, mayor creación de negocios y un rol clave en el mercado laboral. Esfuerzos gubernamentales y privados, como programas de formación laboral y financiamiento para emprendedores, buscan reducir estas brechas, fortaleciendo su impacto en la economía nacional, cuyo desarrollo seguirá beneficiándose de su valiosa contribución.