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AK-47, la verdadera arma de destrucción masiva

Por: MGT. Andrés Salomón Pedraza
Maestro en Gestión turística del patrimonio cultural y natural por la Universidad de Barcelona
andres.salomon@strategamagazine.com

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La Automat Kalashnikov 1947, cuerno de chivo o simplemente AK-47 es el arma más popular del mundo; no lo digo yo, lo dicen las más de 70 millones de unidades producidas. Este rifle de asalto es el favorito por organizaciones criminales, rebeldes, narcotraficantes, grupos independentistas, terroristas y gobiernos que, en su mayoría, fueron financiados económica y militarmente por la extinta URSS.

Su nombre se deriva de su creador Mijael Kalashnikov y el año en que fue hecha, 1947. Militar del ejército rojo de la Unión Soviética, Kalashnikov peleó en contra del fascismo de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Fue herido y llevado al hospital en donde, se dice, comenzó a esbozar la que sería la más potente arma de destrucción masiva en la historia, y sin una sola onza de uranio ni plutonio…

Sería hasta mediados de los años 50 que el ejército rojo soviético tomaría a la AK-47 como la reglamentaria para sus tropas y posteriormente por los miembros del Pacto de Varsovia (organización militar del bloque comunista liderada por la URSS y sus países satélites para hacerle frente a la OTAN en plena Guerra Fría) en 1955.

Existen variaciones de la AK-47 como AK-103 o RPK; sin embargo, la mayoría utiliza el calibre estándar 7.62 mm. Lo que hace única a esta sencilla pero ingeniosa y letal herramienta de muerte es su sistema: utiliza los gases emitidos por el disparo del proyectil para recargar en la recámara el siguiente y expulsar los casquillos de aquellos ya accionados. Se dice que funciona en climas adversos, después de ser atropellada, sumergida en lodo, en agua o arena e incluso existen informes de que sigue disparando tras años en desuso y aún así alcanzar objetivos a 250 m. Por su facilidad de manejo puede ser manipulada hasta por un niño, y lamentablemente lo hacen en diversos países alrededor del mundo en zonas marginadas que sufren conflictos internos desde hace años. Se dice que un niño soldado es igual de mortífero que un adulto…

Pero esta arma va más allá de su funcionalidad y practicidad; es toda una rockstar del terror y la guerra. Para empezar, la AK-47 es la imagen viva de la revolución, de la libertad, de la lucha de clases e ideologías, del oprimido contra el opresor, del anticapitalismo, del anticolonialismo y del antimperialismo europeo (y yankee). Es tan famosa que se encuentra en banderas de naciones como la de Mozambique o Timor Oriental, en la del grupo terrorista colombiano FARC o del grupo paramilitar libanés Hezbolá. Y qué decir de los cárteles mexicanos, ¿cuántos cuernos de chivo cromados, con enchapados en oro o marfil, existirán?

La AK-47 lo ha visto todo, ha sido testigo de infinidad de conflictos, ataques terroristas, guerras, revoluciones y hasta juegos de video. Es tan eficiente que existen reportes de marines estadounidenses en plena guerra de Vietnam dejando a un lado sus M16 Made in America y tomando en su lugar la comunista AK-47, utilizadas por el Vietcong vietnamita debido a su gran durabilidad y resistencia. Se dice que Salvador Allende, expresidente de Chile se “suicidó” con una (AK-47, regalo de Fidel Castro) al ser víctima de un golpe de estado por parte de Pinochet.

Ha orquestado revoluciones en Irán con los chiitas seguidores del Ayatola, en Nicaragua con los sandinistas, Cuba con los hombres de Castro y su victoria en Bahía de Cochinos; de la mano de los Jemeres Rojos de Pol Pot en Camboya y Ho Chi Min con su Vietcong en Vietnam; y, por supuesto, muchos países africanos en su búsqueda de independencia de sus colonizadores durante la segunda mitad del s. XX. Es el arma predilecta de grupos terroristas como Al Qaeda o ISIS por su bajo costo, tanto así que se puede conseguir un ejemplar por 50 dólares en el mercado negro. Se ha convertido en el arma más vendida de manera ilegal en el mundo.

Sin lugar a dudas, esta “herramienta” ha impulsado más el comunismo, los intereses de los subyugados, la revolución y la lucha de clases que la hoz y el martillo.

Concluyo con Kalashnikov: “Culpen a los nazis por obligarme a ser diseñador de armas… yo siempre quise construir maquinaria para la agricultura”.