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El reino del dragón rojo crece

Por: LD. Cintya Jiménez Flores
Gerente Jurídico en Análisis de Operaciones STRATEGA
cintya.jimenez@strategamagazine.com

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La República Popular de China es el tercer país más extenso del planeta, y el más poblado (con más de 1,300 millones de habitantes). Conocida como “el gigante asiático”, tiene una capacidad de producción que le permite competir en cualquier mercado y se ha convertido en una de las potencias emergentes del siglo XXI a nivel global.  Ante esta creciente apertura, nuestro país no ha quedado exento, dado que las relaciones comerciales con México han ido incrementando. Es por ello que cada vez más empresas chinas apuestan por producir en el país azteca, debido a su posición estratégica junto al mayor mercado del mundo: Estados Unidos.

Paralelamente, México es el décimo mayor productor de litio del mundo, mineral fundamental para las baterías de los autos eléctricos. Por si fuera poco, nuestro país tiene firmados tratados de libre comercio con más de 40 países, entre ellos el T-MEC con el resto de Norteamérica; ofreciendo de este modo ventajas en el intercambio de productos y servicios, eliminado obstáculos (arancelarios, impuestos) en importaciones y exportaciones, como acceso a mercados más amplios; competitividad y mayor diversidad de productos y servicios de diferentes naciones; eliminación de barreras comerciales e intercambio de tecnología; además, la relocalización de empresas ha favorecido esta tendencia, permitiendo que se inserten nuevas cadenas de valor.

No obstante, no todo es color rosa, ya que, por un lado, la creciente relación comercial entre China y México ha causado tensiones con Washington, debido a la invasión de productos chinos que utilizan a nuestro país como puerta de entrada a Estados Unidos, ocasionando amenazas de nuestro vecino del norte con romper el T-MEC e imponer aranceles. Y, por otro lado, el impacto negativo que ha tenido en la industria textil mexicana, pero también en comercio, juguetes, muebles, calzado y vestido, derivado del contrabando, la importación y la venta descontrolada de productos chinos a través de tiendas físicas o por Internet por debajo de su precio real, ya que muchos no pagan impuestos, generando una competencia desleal e ilegal con una afectación directa en los comercios formales de la industria del sector secundario y los productos que son elaborados en el país, tal es la magnitud que los principales fabricantes de insumos textiles o artículos terminados a nivel nacional, como el Estado de México, Puebla, Hidalgo, Coahuila y Guanajuato, están siendo desplazados en el mercado por la inundación de mercancía china, pese a que estos productos no cumplen con la calidad o normatividad vigente.

Compañías como Shein y Temu están aprovechando importaciones “hormiga” para enviar grandes volúmenes de mercancías a bajo costo vía mensajería, evadiendo controles aduaneros y fiscales. Este tipo de prácticas ha permitido a estas empresas importar miles de millones de dólares en productos a México, lo que ha dejado un gran hueco en las arcas públicas, ya que representa una pérdida en recaudación mayor a 3 mil 200 millones de dólares.

El Gobierno de México ha tomado cartas en el asunto, el 19 de diciembre de 2024 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación nuevas medidas a la importación de productos textiles a México, en las que se incluye un aumento del 35 por ciento en arancel a mercancías confeccionadas (138 fracciones) y un 15 por ciento a insumos textiles (17 fracciones), con el objetivo de proteger a la industria nacional. Entre las medidas se prevé prohibir la importación temporal de este tipo de productos bajo el esquema del Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX), el cual permite llevar a cabo un diferimiento de aranceles a la entrada de estas mercancías al país; y si bien no se especifican acciones respecto de los programas IMMEX vigentes, con autorizaciones para la importación de estos artículos, se recomienda prever los ajustes necesarios para no incurrir en alguna irregularidad.

Por otro lado, el titular de la Administración General de Auditoría de Comercio Exterior en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) indicó que se ha incrementado el monitoreo de las importaciones temporales de textiles y confecciones que se quedan en el país, además de realizar fiscalizaciones a empresas que están haciendo mal uso de beneficios fiscales. El año pasado se incrementó 226 por ciento en términos reales el embargo de mercancía ilegal, tanto productos subvaluados como contrabando.

Aunque la relación entre naciones tiene un largo camino que recorrer; México no debe desatender la problemática en la otra cara de la moneda que está causando grandes afectaciones al mercado nacional por la invasión de artículos chinos, ya que debe tomar acciones contundentes para evitar que, de manera ilegal y desleal, sigan ingresando esos productos, perjudicando al empleo y a la industria mexicana.