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STRATEGIAS
En los últimos años, los millennials y los centennials han optado por dejar las empresas tradicionales para autoemplearse o emprender. Esta tendencia refleja su desencanto con las estructuras corporativas y culturas laborales obsoletas, especialmente en países como México, donde muchas organizaciones, lejos de avanzar, siguen operando con prácticas anticuadas.
Uno de los principales factores que empuja a estas generaciones fuera del entorno corporativo es la soberbia de las empresas, que muchas veces promueven una narrativa de crecimiento exponencial para justificar la alta rotación de personal. Sin embargo, esta rotación no siempre responde a un verdadero crecimiento, sino a una cultura organizacional tóxica o condiciones laborales insostenibles. En México, varias empresas tecnológicas presumen de estar a la vanguardia, cuando en realidad los jóvenes renuncian debido a jornadas agotadoras, salarios bajos o falta de oportunidades. En contraste, países como Dinamarca o Alemania han abordado estos problemas mejorando la cultura laboral, ofreciendo flexibilidad y promoviendo un verdadero equilibrio entre la vida personal y la profesional.
Otro motivo por el que los jóvenes prefieren autoemplearse es que las expectativas laborales de muchas empresas mexicanas no están alineadas con la realidad actual. Pedir a un candidato de 25 años que tenga cinco años de experiencia, disponibilidad para horas extra sin paga y dominar varios idiomas refleja una visión obsoleta del empleo.
Los millennials y los centennials han perdido la confianza en la seguridad que antes ofrecían las grandes empresas. La pandemia del COVID-19 expuso la fragilidad de muchas corporaciones que prefirieron despedir a sus empleados en lugar de apoyarlos en tiempos de crisis. Esta falta de compromiso hacia los trabajadores ha impulsado a los jóvenes a buscar alternativas más flexibles e independientes.
La tecnología ha facilitado que los profesionales jóvenes en edad productiva encuentren en el autoempleo una vía para el éxito. Plataformas como Uber, Shopify y Rappi han permitido que construyan sus propios negocios, controlen su tiempo y trabajen en proyectos que realmente les apasionen. El modelo tradicional de trabajo de 9 a 6 ha perdido atractivo para una generación que valora más su libertad y el control sobre su vida.
Mientras que en México muchas empresas siguen atrapadas en estructuras jerárquicas y largas jornadas laborales, países como Suecia o Finlandia han demostrado que modelos más flexibles y jornadas reducidas no sólo mejoran la productividad, sino también la satisfacción laboral. Además, en el extranjero, los empleados disfrutan de mejores beneficios, lo que refuerza la lealtad hacia la compañía. La decisión profesional entre los 21 y los 39 años de abandonar el empleo corporativo responde a una búsqueda de mayor control y satisfacción en su vida profesional. En países como el nuestro, las empresas necesitan evolucionar si quieren retener talento joven, adaptándose a sus necesidades y expectativas, o corren el riesgo de quedarse atrás frente a economías más avanzadas que ya han comenzado a cambiar el juego.
Y, amigo, tristemente si estas líneas no te hacen sentido, te lo resumo en el título de mi colaboración: la gente ya no quiere trabajar, ¡tienes razón!... PERO EN TU EMPRESA.
"Si la tasa de rotación de tu mejor gente es alta, no tienes un problema de rotación, tienes un problema de liderazgo".
Jack Welch, exCEO de General Electric
