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La ansiedad del perfeccionismo

Por: MPO. Jennifer Amozorrutia
Experta en Cultura y Ambiente Laboral
jamozorrutia1@gmail.com

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Crecí en un entorno donde la excelencia no era una opción, sino el deber ser. Tanto en el colegio como en la casa, la disciplina y los estándares altos me enseñaron que la perfección era el camino para alcanzar lo esperado. Con los años, me pregunté: ¿hasta dónde es positivo ser perfeccionista? ¿Qué consecuencias tiene este rasgo más allá de mi experiencia, especialmente en el ámbito laboral, donde se premia, incluso, cuando sus efectos pueden ser dañinos?

¿Qué es el perfeccionismo y cómo se manifiesta?

El perfeccionismo es un rasgo muchas veces celebrado como un atributo deseable que refleja excelencia. Sin embargo, tiene matices complejos. Según el historiador y filósofo Yuval Harari, existen dos dimensiones principales. El perfeccionismo orientado a la excelencia impulsa altos estándares personales y puede llevar a logros positivos y compromiso. En contraste, el perfeccionismo orientado a evitar el fracaso nace del miedo a cometer errores y ser juzgado, generando autocrítica constante y sensación de insuficiencia.

En el contexto laboral, estas manifestaciones se intensifican con la evaluación persistente, metas ambiciosas y la búsqueda de reconocimiento. Mientras que el perfeccionismo orientado a la excelencia puede motivar, el orientado al fracaso genera estrés, agotamiento y afecta tanto al individuo como a la dinámica de equipo.

El impacto personal y organizacional

El perfeccionismo negativo tiene un costo elevado para las personas. La presión por alcanzar estándares inalcanzables incrementa el estrés y puede derivar en agotamiento emocional, ansiedad y depresión. Muchas personas perfeccionistas dedican largas horas al trabajo, sacrificando su bienestar físico y emocional.

En las organizaciones, los estándares inalcanzables y el miedo al error limitan la creatividad y frenan la innovación. Un ambiente laboral tenso, caracterizado por competencia y críticas excesivas, afecta la moral del equipo. La rotación de personal y el ausentismo aumentan, mientras que el enfoque en detalles innecesarios desvía la atención de las metas principales, reduciendo la efectividad general.

Cómo abordar el perfeccionismo en tu organización

Si lideras un equipo o trabajas en recursos humanos, estas acciones prácticas pueden ayudarte a gestionar el perfeccionismo de manera positiva y fomentar una cultura organizacional más resiliente y productiva:

  • Transforma la cultura del error: cambia la percepción de los errores, viéndolos como oportunidades para crecer y aprender, en lugar de fracasos que evitar o “castigar”. Incentiva el aprendizaje ante los errores dando la oportunidad a las personas de aprender de ellos.
  • Establece metas claras y alcanzables: ayuda a tu equipo a enfocarse en objetivos realistas, medibles y alcanzables que les permitan tener un sentido de logro constante, evitando las expectativas imposibles.
  • Ofrece apoyo emocional: crea espacios seguros donde las personas puedan liberar estrés y presión. De ser posible implementa mecanismos o programas de salud mental y emocional o servicios de apoyo psicológico.
  • Celebra los logros parciales: reconoce de manera frecuente y genuina no sólo los resultados finales, sino también el esfuerzo y los avances intermedios.
  • Fomenta un liderazgo empático: impulsa la empatía como una competencia central en los líderes y capacítalos para identificar y gestionar conductas perfeccionistas en su equipo.
  • Genera cercanía con las personas: como líder, acércate y conoce a las personas de tu equipo. Identifica rasgos perfeccionistas y genera en ellos la confianza para mantener un diálogo abierto en temas de expectativas.
  • Promueve el equilibrio vida-trabajo: impulsa el respeto a los horarios, ofrece flexibilidad a los colaboradores para brindar espacios de desconexión en el trabajo y mantener un bienestar saludable.

El perfeccionismo puede ser un enemigo silencioso cuando se descontrola. En lo laboral, es importante transformar esta ansiedad en una herramienta que impulse el progreso y el aprendizaje. A fin de cuentas, la perfección no es el objetivo; es alcanzar metas dentro de un entorno saludable para las personas. ¿Qué pasos estás dispuesto a dar hoy para manejar la ansiedad del perfeccionismo en tu organización?