Mi mamá me contaba que cuando era pequeña no había algo que pasara por alto sin preguntarle de dónde vino o cómo funciona: ¿Por qué usaste el claxon? ¿Por qué frenaste? ¿Por qué caminas tan rápido? ¿Quién es esa señora que saludaste? ¿Para qué sirve esto? ¿Para qué lo otro? Y podría seguir con una interminable lista de preguntas que seguramente en ocasiones la hacían desesperar.
Cuando somos niños preguntamos cosas que al parecer a los adultos les cuesta trabajo responder, y no porque no sepan la respuesta sino porque no encuentran la manera adecuada de dar la mejor explicación. Es posible que con el tiempo hayamos perdido esa capacidad de pensamiento ingenuo, y no dejemos que fluyan las cosas como solían hacerlo. Los niños nos toman con la guardia abajo, distraídos, con algo que antes no nos habíamos detenido a pensar y ahí es en dónde entramos en conflicto.
No podemos articular una respuesta clara o precisa, estamos ocupados, no queremos dar una explicación larga o errónea, y sabemos que “lo que le digas al niño, eso va a creer” y tendrá esa idea durante toda su vida, sea correcta o no. Hasta que alguien más le diga lo contrario o indague adecuadamente por su propia cuenta.
Está en nuestra naturaleza indagar, curiosear, saber y fomentar constantemente el aprendizaje. Nombrar las cosas, conocer el mundo que nos rodea y familiarizarnos con él es indispensable para convertirnos en seres sociales. Aunque en ocasiones parece que llegamos al límite del conocimiento, dejamos de lado nuestro instinto y terminamos por caer en los brazos de la cómoda ignorancia, en el conformismo y la tranquilidad que conlleva no saber, lo ideal sería despertar esa curiosidad y alimentarla, de manera que nunca perdamos la capacidad de asombro.
En las empresas y organizaciones es imprescindible manejar formas de indagación para encontrar la vía más fácil para la resolución de problemas. Un método destacado y reconocido, es el de “Los 5 ¿por qué?” diseñado por el inventor e industrializador japonés Sakichi Toyoda, fundador de Industrias Toyota.
La base de este, es plantear un problema y cuestionarse en repetidas ocasiones ¿por qué? Para conocer el suceso y llegar a las causas primeras. Funciona para evitar suposiciones, trampas lógicas, y eliminar cualquier elemento que tenga conexión con el problema original. La primera respuesta puede tener de una a tres variantes (no más) y de cada variante es necesario seguirse cuestionando todos los porqués que surjan y hacerlo de la manera más precisa y objetiva, ya que como el proceso no se basa en la numeración o estadística puede tener errores. La técnica ha sido criticada por ser algo muy básico utilizado en la solución de un problema de fondo. Algunos de los errores marcados y que podrían destacar en el proceso son:
Por esta razón, es necesario tomar en cuenta los puntos anteriores y verificar inmediatamente las respuestas de cada “¿por qué?” antes de proceder a responder y analizar la siguiente pregunta, esto garantizará una mayor exactitud a la hora de desarrollar el método e indagar en el pensamiento profundo para ver más allá de la superficie de los problemas planteados.
Puede utilizarse de la siguiente manera:
Los puntos anteriores se representan gráficamente de la siguiente manera:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
https://www.adb.org/sites/default/files/publication/27641/five-whys-technique.pdf
http://www.bulsuk.com/2009/03/5-why-finding-root-causes.html#sthash.yzdcYDDl.dpuf
http://www.bulsuk.com/2009/07/5-why-analysis-using-table.html