INICIO | STRATEGIAS
STRATEGIAS

Narcisismo: cuando el amor propio se lleva al límite

Por: MPO. Jennifer Amozorrutia
Experta en Cultura y Ambiente Laboral
jamozorrutia1@gmail.com

Share This:

¿Te ha tocado trabajar con un líder que, más allá de la ambición, desea el poder y el sentirse superior a los demás? Probablemente te has topado con un líder narcisista que si bien destaca por cualidades atractivas para las organizaciones, puede dañarla severamente.

Parte de la “triada oscura

El concepto de “narcisismo” surgió de la mitología griega en la que el personaje llamado Narciso se enamora de su propio reflejo en el agua. Ha sido ampliamente estudiado desde la psicología clínica y de la personalidad, así como por la psicología organizacional. Es el segundo componente de la “triada oscura”, que, junto con el maquiavelismo y la psicopatía, describen una configuración de la personalidad nociva para las organizaciones y sus miembros. Particularmente, el narcisismo se refiere a aquellas personas que presentan características exacerbadas de lo que podemos describir como “amor propio”.

¿Qué tanto es tantito?

Debido a que muchos de los rasgos del narcisismo pueden ser características deseadas en sus líderes, estas pueden confundirse con atributos de personalidad funcionales. Después de todo, ¿qué organización no buscaría en sus líderes arrojo, carisma, coraje y competitividad? Por ello, es importante identificar aquellas cualidades que se presentan de manera común en este tipo de personalidades.

Son personas con alto sentido de superioridad e incluso llegan a tener una autopercepción de grandiosidad. Pueden exagerar la percepción de sus habilidades y logros, por la excesiva necesidad de llamar la atención, de ser admirados y necesitados, buscando brillar a toda costa. Difícilmente aceptan sus errores, no toleran la crítica, por lo que pueden llegar a devaluar a otros. Por esta razón se identifican como arrogantes, altamente dominantes y con un grado de altanería. Curiosamente, son personas carismáticas y extrovertidas para tener más seguidores y mayor valoración social.

Líder narcisista, líder tóxico

La toxicidad en el líder narcisista reside en su egocentrismo y ensimismamiento. Estos líderes pueden participar en actos de explotación hacia sus equipos de trabajo, al querer manifestar su propio sentido de grandiosidad. Ven al grupo como una extensión de ellos mismos, por lo que se cuelgan medallas de logros grupales o no dan crédito a los miembros de su equipo. Su búsqueda de admiración hace que mantengan cerca de ellos sólo a algunos grupos o individuos –sus seguidores–, manipulándolos para provocar, incluso, que actúen en contra de aquellos que consideran que no los apoyan, iniciando una “guerra” disfrazada de hipercompetitividad. Esto, a su vez, divide al entorno, causando inequidad y un clima laboral agresivo. Las consecuencias se reflejan en un bajo desempeño, baja moral, falta de compromiso, mayor estrés y baja satisfacción laboral, pudiendo llegar a que las personas experimenten burnout.

Lidiando con narcisos organizacionales

Lidiar con este tipo de personalidades puede ser difícil, sobre todo si ellos y sus equipos de trabajo cumplen o exceden sus resultados. Sin embargo, es importante considerar los siguientes puntos, si identificas algún caso en tu organización:

  • Mantener abiertos los canales de comunicación ascendente y promover una cultura de escucha y puertas abiertas.
  • Tener cuidado de qué tipo de competencias o comportamientos se incentivan en la empresa y qué rasgos de personalidad son requeridos en puestos de liderazgo.
  • Monitorear constantemente el clima laboral no sólo de forma general, sino en cada área. Asimismo, evaluar los factores de riesgo psicosocial para identificar focos rojos de manera particular.
  • Cuidar el cumplimiento de los códigos éticos, así como de las políticas internas en todos los miembros organizacionales.

Los individuos narcisistas buscan ambientes donde puedan tolerarse o incentivarse sus rasgos de personalidad. Por ello es importante utilizar herramientas desde el reclutamiento que puedan identificar a tiempo un riesgo potencial para la organización.

Y, si se llega a identificar un caso activo, brindar el mayor apoyo psicológico posible, tanto a la persona, como a los miembros que pudieron verse afectados en su equipo de trabajo. Después de todo, el cambio es posible.