En el universo como lo percibimos, las estrellas, los planetas, los cometas, los animales, los árboles e incluso los humanos están compuestos por lo que llamamos “materia”.
De acuerdo a lo que se sabe, la materia antes mencionada compone un aproximado del 5% de lo que se conoce del universo, mientras que el 25% está compuesto por materia oscura y 70% por energía oscura, ambas imposibles de ver por nosotros. Se podría decir, entonces, que lo que percibimos se compone únicamente por una pequeña fracción de la realidad. Y la cosa no termina ahí.
En términos generales, no sabemos qué son exactamente la energía y la materia oscuras ni cómo funcionan. Sin embargo, sabemos que existen, al menos. En específico, estamos conscientes de que la materia oscura es lo que hace posible que haya galaxias.
Cuando los científicos calcularon las razones de por qué nuestro universo está organizado de la forma en que lo está, se dieron cuenta de que no había suficiente materia visible.
Para ser más específicos, la fuerza de gravedad de la materia visible no es suficiente para constituir estructuras complejas como sistemas solares y constelaciones. Si tan sólo existiera la gravedad de la materia visible lo más seguro es que las estrellas y los planetas estarían dispersos, no sería posible que hubiera formaciones de galaxias. De esta manera supimos que había algo más alrededor de lo que vemos, algo que no emite ni refleja luz, algo… oscuro.
Es así como, aparte de ser capaces de calcular la presencia de la materia oscura, de alguna forma podemos “verla”.
Sitios en el universo con concentraciones altas de materia oscura tienden a distorsionar la luz que pasa cerca de ellos, por dicha razón tenemos conocimiento de que existe algo ahí que interactúa con su gravedad.
En general, tenemos mayores ideas de lo que la materia oscura “no es” que de “lo que es”. Por ejemplo, sabemos que la materia oscura no son nubes de materia sin estrellas porque emitiría partículas que podríamos detectar, tampoco es antimateria porque desprendería rayos gamma al relacionarse con materia normal, entre muchos ejemplos.
Lo que sabemos con certeza es que hay algo que interactúa con nuestro universo y su gravedad, y que existe mucho de eso.