"La diferencia entre invención e innovación es la adopción. Xerox inventó el mouse, pero Steve Jobs revolucionó al mundo con él".
Así les dijo un directivo de Silicon Graphics (SG) a dos emprendedores alemanes en la serie The billion dollar code de Netflix.
Los jóvenes teutones inventaron y patentaron a mediados de los 90 el algoritmo que sostenía "Terravision", un sistema que permitía visualizar cualquier lugar del planeta hasta el detalle de calles y edificios.
¿Te suena familiar? Claro, muy parecido a Google Earth.
Pues exactamente esa es la trama de la serie, que está contada desde el punto de vista de los emprendedores alemanes, que acusaron en las cortes de Estados Unidos a Google de robarles su patente.
En el juicio se establece el "beneficio" de este presunto robo para el gigante estadounidense: 700 millones de dólares.
ART+COM (la compañía de los emprendedores alemanes) patentó el algoritmo, pero Google innovó al generar adopción masiva.
No te arruino la serie contándote más de la trama y mucho menos contándote el final. Simplemente te comento que el caso es real. Te la recomiendo.
Hoy me enfocaré en otra cosa.
Porque esta historia refleja también el riesgo de nadar con tiburones.
"Con esta invención se pueden ganar un lugar en la mesa. Pero para tomarlo deben convertirse en emprendedores", les dice a los chavos el alto ejecutivo de SG en una visita que hicieron a California.
Y así lo hicieron: se convirtieron en emprendedores.
Se sentaron en la mesa... y se los merendaron.
Su inexperiencia e ingenuidad (podría usar un calificativo más soez que rima con pesadez) los convirtieron en víctimas fáciles.
¿Cómo sentarse en la mesa?
A riesgo de ser obvio, en primer lugar entendiéndola.
Entendiendo cuando menos:
* ¿Quién pone la mesa e invita a los que se sientan?
* ¿Cuándo se pone, qué se sirve y quién decide el menú?
* ¿Cómo se determina a quién se invita?
* ¿Qué y cómo se discute?
* ¿A quién no invitaron y por qué?
* ¿A quién dejaron de invitar y por qué?
* ¿Cómo sobrevives en la mesa?
Y luego, obviamente, actuando en consecuencia.
Actuando para asegurar que tus acciones provoquen que te inviten a la mesa y que luego no te conviertas en un bocadillo.
Si vas a sentarte en la mesa, prepárate.
Y si vas a sentarte en una mesa pesada, asegúrate de que no seas parte del menú. Porque, OJO, cuando los comensales son de buen diente, el apetito será enorme. Y si el menú es sabroso, el que come primero come mejor.
Entonces, si vas a nadar con tiburones:
Ojalá te sirvan estos consejos.
Regreso a la serie, donde se menciona también aquel famoso principio del código de conducta de Google: don't be evil.
No seas maloso.
Sin duda un gran propósito.
Y, sin embargo, la vida da muchas vueltas.
En la vida se sirven muchas mesas.
En el océano hay muchos tiburones.
Un emprendedor, ejecutivo o empleado preparado nadará siempre más a gusto y más seguro.
Podrá sentarse en la mesa y no ser parte del menú.
¡Buen provecho!
Posdata. Andrés Manuel busca forzarle la mano a Claudia al buscar aprobar el Plan C en septiembre. Le pide: ¡defínete ya! Le quiere quitar la posibilidad de reflexionar. Quiere que detrás de la máscara que portó Claudia en la campaña esté... ¡él mismo!
En pocas palabras...
"No paguéis a nadie el mal con mal".
Carta a los Romanos, Biblia.