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Hablemos de importaciones y exportaciones

Por: MDE. Karen Lizbeth Ayala García
Abogada en el Departamento Jurídico Corporativo STRATEGA Consultores
karen.ayala@strategamagazine.com

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Micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, así se clasifican según su tamaño, todas con diferente estructura financiera, pero con un propósito en común: obtener un beneficio económico con sus productos o servicios y llegar a ser la mejor dentro de su ramo. Es aquí donde el comercio exterior ha sido, por décadas, uno de los principales factores de crecimiento y desarrollo económico en México.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor en el año 1994, fecha en que el intercambio de México con el exterior ascendía a 140 mil 228 millones de dólares en el año, equivalente a 384 millones en promedio diario de aportaciones.

De acuerdo con cifras obtenidas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Banco de México (BANXICO), en 2017 el intercambio total de mercancías de México con el exterior, entre exportaciones e importaciones, alcanzó la cifra de 829 mil 863 millones de dólares, lo cual representó un promedio de 2 mil 274 millones de operaciones al día.

De acuerdo con los analistas del Banco Citibanamex, los resultados actuales han sido el motor para creer y considerar que el comercio exterior de México será el impulso económico que el país necesita, ya que incentivará de manera favorable las expectativas de crecimiento económico de México, con apoyo en la fortaleza de la economía mundial, de Estados Unidos y del éxito moderado de la diversificación de las exportaciones.

Pero, para todo esto, ¿qué es el comercio exterior? Este par de palabras suena común pero implica toda una transformación para la persona o empresa que se atreve a ingresar a ese mercado o quiere ser más en él: globalización, flujo de capitales, de personal, productos, expansión de mercado, competencia, competitividad, reglas, leyes, en fin… de acuerdo con la revista electrónica inversión-es el comercio exterior se define como “el intercambio de bienes o servicios existente entre dos o más naciones con el propósito de que cada una pueda satisfacer sus necesidades de mercado tanto internas como externas”.

Su finalidad es suplir en primer término las deficiencias de productividad y demanda que tiene un país y su población, y en segundo término extender a otros países la venta de productos y servicios internos que rebasan la demanda interna.

Todos somos consumidores, ya sea por necesidad o placer, lo que nos convierte en factores determinantes del comercio externo; otro elemento son las empresas que buscan crecer como corporación, por lo cual optan por adentrarse a realizar actividades de importación y exportación de sus servicios y productos.

Para poder comerciar con éxito con el exterior es necesario comprender la realidad jurídica y el entorno económico de cada país, así como los acuerdos comerciales que mantienen, en conjunto con los procedimientos técnicos y de documentación que es necesario tener en cuenta para poder realizar operaciones de importación y/o exportación.

Tanto las importaciones como las exportaciones son transacciones comerciales ya sea de bienes o de servicios que se realizan entre distintos países.

En el marco de la economía, una exportación es cualquier bien o servicio enviado fuera del territorio nacional, en tanto que, la importación es la internación y transporte legítimo de bienes y servicios nacionales exportados por un país para el uso o consumo interno de otro país. Estos son recibidos dentro de la frontera de un país con propósitos comerciales.

Para realizar cualquiera de estas dos actividades es importante conocer los denominados Incoterms, que detallan las tareas, los riesgos y los costos relacionados con las transacciones de mercancías, desde el vendedor hasta el comprador. Estos son conocidos en todo el mundo y son requisito en cualquier factura comercial, ya que reducen el riesgo de malentendidos, que podría llegar a generar gastos innecesarios y/o problemas legales.

Las actividades de comercio exterior constituyen una disciplina técnica que exige tener conocimientos en la materia y/o contar con asesores expertos en comercio exterior, como los son los agentes aduanales, ya que entre las prácticas que hay que dominar se encuentran: la investigación de mercados o marketing, los incoterms, las aduanas, los aranceles, trámites aduaneros, documentación necesaria para la exportación, medios de pago y cobro, así como los contratos internacionales.

El proceso de exportación e importación es indudablemente complejo y cuenta con un gran número de documentos y autorizaciones que varían en función del tipo de producto con el que se quiera comerciar y el país de destino o bien el país de origen con el que se realice la actividad.

En relación a los costos y gastos se consideran en México las fracciones arancelarias de los productos que se quieren exportar o importar, y el correspondiente arancel que recae sobre ellos, el cual está plasmado en el catálogo de fracciones arancelarias expedido por el Servicio de Administración Tributaria.

Las personas físicas y personas morales que pretendan importar mercancías a territorio nacional deberán inscribirse al padrón de importadores, y aquellas personas físicas y/o morales que pretendan exportar mercancías a territorio nacional, de las consideradas en las fracciones arancelarias listadas en el apartado B del Anexo 10 de las Reglas Generales de Comercio Exterior correspondientes a alcohol, cerveza, tequila, bebidas alcohólicas fermentadas, destiladas, cigarros, bebidas energizantes, minerales de hierro y sus concentrados, oro, plata, cobre, plástico, caucho, madera, papel, vidrio, hierro, acero y aluminio, deberán inscribirse al padrón de exportadores, esto antes de realizar cualquier actividad o trámite.

En cuanto a las exportaciones, la documentación básica exigida es: *Factura comercial, *Encargo conferido (autorización ante la autoridad aduanera para que el agente aduanal lleve a cabo el despacho a nombre del exportador), *Carta de instrucciones al agente aduanal (información específica y detallada de la operación y se entrega directamente al agente aduanal), *Lista de empaque, *Certificado de origen, *Documento del transporte, *Documentos que avalen el cumplimiento de las regulaciones y restricciones no arancelarias, tales como: certificados sanitarios, certificados de calidad, permisos, etc.

El SAT, señala que respecto a las importaciones es necesario: *Estar inscrito en el Registro Federal de Contribuyentes, *Encontrarse al corriente de su situación fiscal, *Contar con Firma Electrónica Avanzada, *Contratar los servicios de un agente o apoderado aduanal, *Realizar el encargo conferido al agente aduanal, *Cumplir con el pago de las contribuciones y aprovechamientos aplicables, así como los gastos de almacenaje, carga, descarga, transportación de la mercancía, *Cumplir con las regulaciones y restricciones no arancelarias que en su caso esté sujeta la mercancía (avisos, normas oficiales mexicanas, permisos, etc.).

El comercio exterior ha sido un factor de crecimiento y desarrollo, sobre todo para aquellas regiones, sectores y empresas del país que se han podido integrar de manera directa o indirecta a esta actividad (norte y centro del país).

Es importante que México refuerce su mercado interno con producción local e inversiones nacionales, diversificando mercados de importación y exportación de bienes y servicios, revisando sus políticas e instrumentos para impulsar una producción competitiva y exportable.

Lo anterior exigirá al próximo gobierno poner en práctica una nueva visión con políticas productivas, tecnológicas y de comercio exterior, que permitan desarrollar la economía del país.

Es necesario impulsar nuestro mercado interno, que nos pueda establecer en un mismo nivel a otros gobiernos y mercados, sin descuidar las realidades de los tratados económicos, la realidad política con Estados Unidos y los limitantes de nuestra mano de obra y producción nacional.

Uno de las principales metas del gobierno de México, debería ser crear planes de desarrollo para ser un país que pueda exportar productos y servicios, no solo mano de obra, lo anterior para estar en posibilidad de abrir opciones para las empresas, estados y regiones capaces de participar en el mercado comercial mundial, pues de lo contrario, seguiremos sufriendo de lo mismo: viendo crecer al país vecino, mientras seguimos abaratando nuestros productos y mano de obra.