Existen diversas posturas al respecto de diferenciar los micronegocios de las microempresas, por supuesto que la mayoría de ellas son igualmente válidas, no obstante, para fines de este texto, hemos de considerar aquella idea de un micronegocio como un side business, es decir, como una forma de generar ingresos adicionales a lo que se puede comprender como trabajo formal. Dicho de manera simple, es el intercambio de algún beneficio por dinero; es una actividad específica que busca obtener ganancias en un plazo corto, donde la productividad depende exclusivamente de quien realiza la venta de productos o la prestación de un servicio.
Una de las principales ventajas de este formato es que se basa en el uso de las redes, esto es, en la cantidad de personas que el emprendedor conoce y por medio de las cuales se corre la voz sobre lo que se oferta para ampliar la cartera de clientes, lo cual establece, hasta cierto punto, un perímetro de cordialidad y confianza. Ahora bien, para hablar de desarrollo local es indispensable visualizar que esta red no sea unilateral, sino que el consumo camine en ambos lados; que uno requiera lo que otro ofrece y, a su vez, se compra lo de alguien más en esa misma red; así el dinero transita en un mismo círculo. De forma simplificada se puede aseverar que el desarrollo local requiere, entre otros aspectos clave, de solidez económica para incrementar el bienestar social, pero también de una capacidad proactiva para formular objetivos de interés colectivo que permitan mejorar la calidad de vida en el propio espacio social.
Toda persona puede ser un potencial microemprendedor, sin embargo, se requiere afilar un perfil que favorezca acciones exitosas como ser entusiasta, optimista, pero no ingenuo, con arrojo para asumir riesgos, proponerse objetivos claros y alcanzables, tolerancia a la frustración y sacrificio, ambición, independencia y apertura al cambio. El principal motivo para emprender un micronegocio es el de obtener ingresos extra, aunque también puede ser por tradición familiar, dificultades para obtener empleo, flexibilidad de horario o empleos mal retribuidos.
Cinco puntos clave para optimizar los micronegocios para el desarrollo local:
Por último, es pertinente recordar que el éxito de los micronegocios motiva frecuentemente su tránsito hacia la consolidación de una microempresa, lo cual no siempre resulta igual de afortunado que cuando se hacía como una actividad complementaria. Ese proceso de transición requiere un compromiso adicional a la simple emoción de la inercia, al arrojo para la asunción de riesgos, la tendencia productiva y la adrenalina de alcanzar nuevos logros. En tal caso, si se piensa dar ese paso, es recomendable buscar asesoría experimentada, para que aquello no se convierta en un salto al vacío.